11 de mayo de 2020

Bandas infravaloradas: Ángeles de Sevilla, a la sombra de las grandes

A lo largo de las entradas que he ido dedicando a bandas que considero infravaloradas del panorama de la música cofrade, prácticamente todas hasta el momento han tenido una característica en común que a mi juicio además ha ayudado a que no sean justamente valoradas: el, como yo lo llamo, "apellido", el no ser de Sevilla.
Sin embargo, no quiero que se me tache, como usualmente se me tacha desde ciertos sectores de dicha ciudad, de tener "manía" o "envidia" a Sevilla, Dios me libre. Lo que sí es cierto que si uno analiza desde un prisma lo más objetivo que pueda la situación de la música cofrade fácilmente se daría cuenta de que la mayoría de bandas (especialmente de la capital) sevillanas se encuentran en su justa valoración a ojos de los cofrades, cuando no incluso alguna que otra sobrevalorada sirviéndose de nombre y/o historia para tapar claras carencias musicales y poniéndose entre las grandes cuando hay bandas consideradas menores que perfectamente las mejoran.
Pero, ¿todas las bandas de Sevilla están consideradas como corresponde? Como digo la mayoría, no todas, pues existe alguna que otra excepción (pocas quizás), la protagonista de hoy, entre ellas.

Hoy haré mención a la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestra Señora de los Ángeles de Sevilla, banda relativamente joven pues tiene sus inicios en 1992 (y por entonces solo como escuela de percusionistas, pues hasta más adelante no incluiría instrumentos de viento) y  cuya silenciosa pero constante evolución, especialmente notoria prácticamente en el último lustro, vengo siguiendo desde hace algún tiempo.

Para quien les escribe, personalmente y de entrada, sin entrar a valorar todavía cuestiones musicales, lo de esta banda es un auténtico meritazo. Hacer funcionar, y no solo funcionar a secas sino hacerlo con un mínimo de decencia, una banda joven y prácticamente independiente, sin apoyo de una Hermandad, en una ciudad como Sevilla, es casi una misión suicida. De hecho solo hay que mirar el panorama actual en el que las bandas sobrevivientes han sido las ya consagradas que, o bien tienen detrás una Hermandad o tienen más del cuarto de siglo de vida o cuando no son consagradas es porque son juveniles de las anteriores, y las no consagradas y más jóvenes bandas suelen ser bandas menores con una calidad bastante cuestionable. El resto de bandas que se han ido fundando en los últimos años que no han cumplido estos preceptos han ido cayendo pues han sido usadas como "bandas escuela", bandas de usar y tirar por ese perfil de músico cofrade joven ansioso de fama y con ganas de pasar todos los días posible por Campana con una banda grande, que han usado a este tipo de bandas para aprender y luego de trampolín para dar ese salto a la "élite".
Junto a Esencia (pero sin gozar de la buena prensa y el marketing del "revival" clásico y purista que se puso de moda como respuesta a esa otra moda de marchas de dudoso gusto y que, junto a la falta de un rival digno -Centuria, que era la única que ofrecía ese estilo, se había acomodado por tener hasta entonces el monopolio del purismo cornetero- fueron de las cosas que, seamos sinceros, ayudó a aupar a dicha banda, con lo cual no quiero decir que sea mala banda, simplemente que a su calidad se añade que los vientos les fueron propicios), la de los Ángeles es la única banda de origen relativamente reciente y que no cumple las condiciones mencionadas que, no solo sigue en pie (de momento) sino que además lo hace ofreciendo una calidad decente. Bastante decente.

Y es que la banda, a pesar de los más que posibles pesares, no solo se ha mantenido sino que ha ido ofreciendo una evolución constante, evolución que en los últimos años, prácticamente desde la entrada en la dirección musical de Alejandro Moreno Rodríguez (autor que pasa bastante desapercibido a pesar de tener buenas marchas en su haber por no ser autor de cabecera de alguna banda grande) se ha acrecentado más. Ello, unido a la filosofía que ha adoptado la banda en cuanto a la hora de elaborar su repertorio se refiere y que difiere (un poco, tampoco en demasía, luego me explico) del dogma de los "estilos" (en "pasocristo", pero especialmente en CCTT, toda banda no grande que se precie se debe adscribir a un "estilo" concreto -trianero, cigarrero, presentacionero, rosariero y, en menor medida, solero- y tomarlo sin excepciones, incluso a la hora de montar marchas propias que sean del "estilo" o de autores de cabecera de la banda "madre", aunque ello signifique sacrificar buenas marchas de otro "estilo", no acudir a otros buenos autores y, por supuesto, renunciar a una personalidad propia) lo que hace que la Banda de los Ángeles tenga algo más de carácter propio respecto a bandas que, aunque la puedan igualar en calidad, acaban sucumbiendo a vender su personalidad.

Los Ángeles ofrece una correcta interpretación de su música, sin llegar a niveles de excelencia, pero con un buen nivel y además sin llegar a las estridencias a las que llegan la gran mayoría de bandas del género que piensan que potencia=calidad (y no solo bandas, gran parte del público llega también a la misma conclusión, habiendo por ahí bandas muy sobrevaloradas solo porque "pitan fuerte"). Y lo hace, además, sin necesitar de ser una banda sobredimensionada, demostrando que se puede tocar bien con no más de 80 músicos. A eso añaden un repertorio bueno en líneas generales, en el que los clásicos de Escámez, Zueco Ramos y Miraut se suman a una buena muestra del clásico Cigarreras, alguna que otra marcha de Presentación destacando Pilatos a Jesús de Antonio Velasco junto a marchas recientes como Y fue azotado aunque con mayor presencia en este apartado de una gran cantidad de marchas de Rosario de Cádiz (siendo la primera banda de Sevilla que incluye este tipo de repertorio) e incluso marchas de bandas como el Despojado de Granada del compositor Ignacio García, del que cuentan además con varios temas propios, un repertorio propio destacable que cuenta con marchas de su mencionado director musical Alejandro Moreno y de otros nombres como Cristóbal López Gándara.

El "pero" que se podría añadir en dicha cuestión es que, como menciono, la banda difiere del dogma de los estilos pero no en demasía, ya que, aunque no lo tome al pie de la letra, la presencia de repertorio "rosariero" supone un gran porcentaje de su música. Aparte de, no sabemos el por qué, negarse a la inclusión de repertorio Triana que posiblemente aportaría algunas marchas de calidad más.
Esa característica ayuda a que la banda no goce de mucha popularidad, lo que se une a cosas ya mencionadas: no es una banda con más del centenar de músicos, no pertenece a una Hermandad que la pueda apoyar y aupar, tampoco goza del favor de la prensa y, lo típico también común a bandas infravaloradas, el cofrade medio toma el tener pasos en Sevilla como medidor de calidad de una banda. Pero es que eso de no tener pasos en Sevilla, para una banda de la propia ciudad, encima se traduce en más que posibles fugas, más o menos numerosas, de componentes cada temporada, por lo que la banda seguramente tendrá el handicap de tener que estar renovándose año a año, enseñando constantemente a nuevos músicos y reformar con ellos las voces para intentar equilibrarse, por lo que, al tener una plantilla corta no solo en número sino también en fidelidad, no goza de la tranquilidad que al respecto pueda tener una banda grande.

A pesar de ello, la banda pareciera sobreponerse bastante bien a cada obstáculo de esta clase que le presentase, no impidiéndole seguir adelante e incluso seguir mejorando y ofreciendo plenas garantías, tal vez no siendo una banda que roce la excelencia que le permita poder entrar en la masificada Semana Santa de su ciudad, en la que ya están tocando, y algunas no todos los días, prácticamente las mejores bandas del panorama, pero eso no quiere decir que no puedan llevar su música a otras localidades y ciudades. Los Ángeles demuestran así que, incluso siendo de Sevilla, la vida de una banda cofrade ni empieza ni termina en dicha Semana Santa. Puede ser una meta a alcanzar, pero no LA meta, la única meta. Porque pensar y dedicar todos los esfuerzos a ello al final trae consigo la insatisfacción, la infelicidad, el no estar contento con lo que se hace, el no valorar tu propio trabajo y el de tus compañeros, y eso finalmente acaba desembocando en el fin. Otras bandas que no lo tuvieron claro y/o que quisieron mirar tan arriba que el sol les cegó porque se creyeron más de lo que eran acabaron desapareciendo incluso sin ser malas bandas... O sus componentes/direcciones acabaron tentados por las grandes y el pez grande comiéndose al chico, como suele suceder.

El trabajo y la satisfacción de realizarlo al final acaba dando frutos y no cabe duda que esta banda, si no se acaba dejando atrapar por el propio "ecosistema" de la música cofrade de su ciudad y sus normas propias, seguirá en la senda correcta y recibirá. El tiempo nos lo dirá, pero de momento podemos contar con que en Sevilla, oculta por las grandes bandas-marca, existe una buena banda a la que también tener presente.

Puntos a resaltar: un "estilo" y filosofía, en parte, diferentes al de la mayoría de Bandas menores del género que optan por ser satélites de las grandes. Repertorio propio que intenta recurrir a autores de calidad, más que por nombres.

En su contra: no ser una banda muy numerosa, no tener mucha historia, ni nombre, ni prensa, ni una Hermandad por detrás que la aupe. Factores que hacen que, dentro de su ciudad, pueda ser considerada la típica banda-escuela/trampolín para ser utilizada en el paso del músico a una grande. Tener difícil el poder optar a un paso en su Semana Santa, algo que, como siempre digo, es tomado como erróneo medidor de calidad.

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