4 de mayo de 2020

Bandas infravaloradas: Tubamirum de Cañete de las Torres o la buena música que puede haber en los pueblos

Cañete de las Torres es un pequeño pueblito cordobés rodeado de ese típico mar de olivos que empieza a inundar Andalucía cuando te empiezas a acercar a El Carpio por la A-4. Para un servidor es como el polo opuesto de su tierra de nacimiento, pues, mientras mi pueblo es el último pueblo de Córdoba antes de abandonar la provincia en dirección Sevilla, Cañete limita en el lado contrario con Jaén, y de hecho la imagen que tengo de ese pueblo es la de prácticamente mis 31 años de vida viéndolo por la carretera cuando, primero mi familia y con los años yo también, nos dirigíamos a la vecina Porcuna a trabajar en la campaña de la aceituna (es lo que tiene ser hijo de obrero, y orgulloso de serlo).
Cualquiera le resultaría sorprendente pensar que de esta pequeña población viene una de las mejores bandas, si no la mejor, de la provincia de Córdoba. Pero es que Cañete, para Córdoba y cofradieramente hablando, viene a ser una especie de Salteras para Sevilla (otro pueblito dedicado también al olivo, para más paralelismos). Y es que, si Salteras aporta dos grandísimas bandas a la Semana Santa de su capital, hasta el punto de superar en calidad a otras de poblaciones y ciudades más grandes, Cañete hace lo mismo a la Semana Santa cordobesa con la protagonista de la entrada de hoy en esta sección.

Vengo a referirme a la Banda de Música "Tubamirum", formación que toma su nombre de una parte del fragmento de la secuencia del Dies Irae, en la que se habla del Juicio Final, que dice:
"Tuba mirum spargens sonumper sepulcra regionum,coget omnes ante thronum"
O traducido: "La trompeta esparciendo un sonido admirable por los sepulcros de todos los reinos, reunirá a todos ante el trono". Parte a la que algunos compositores en determinadas misas han dedicado una secuencia propia, siendo la más famosa quizás la del Requiem en Re menor de Mozart de donde, más exactamente, la banda toma su nombre.
Una vez conocido este dato trivia, mencionar de la historia de esta banda que se inicia en 1999 surgiendo como Banda de Música del AMPA del Colegio Ramón Hernández Martínez, tomando posteriormente su nombre y viniendo a cubrir el hueco dejado por una extinta Banda Municipal, siendo por lo tanto en estos comienzos una banda con un perfil claramente juvenil buscando inculcar la música desde edades tempranas.
Quizás por eso, y sumado a esa etapa oscura que la "música de palio" vivió entre finales de los 90 y principios de los 2000 y que era la tónica para un gran porcentaje de Bandas de Música, en estos primeros años nos encontramos una banda con un repertorio, cuanto menos, mediocre que bien podría responder al perfil de cualquier banda media que podamos encontrar en cualquier localidad de Andalucía, tal y como quedó reflejado en un primer trabajo discográfico titulado "Entre Varales" (2004) formado en gran parte por este tipo de marchas. Aun así, las cofradías cordobesas pronto comenzarían a interesarse en la joven banda y en pocos años ya se la vería en varias de ellas, ayudando a que la banda creciera.

Y así, afortunadamente para los cofrades en general, cordobeses en particular, Tubamirum no se quedó estancada y, conforme la propia "música de palio" abandonaba poco a poco ese agujero con la puesta en valor de grandes autores y la difusión de marchas y repertorios de calidad, la Banda también lo hacía y lo hacía a la par que también ganaba calidad interpretativa, una evolución que, de hecho, se puede ver en sus siguientes trabajos discográficos.
De esta forma Tubamirum, que empezó desde temprano ganando la confianza de algunas cofradías de la capital, en la actualidad es toda una referencia de la música de Bandas de plantilla completa en la ciudad califal hasta el punto de estar presente en prácticamente todos los días de su Semana Mayor, acompañando, y habiendo acompañado, a Cofradías de gran calado e historia. En este 2020 hubieran acompañado al Amarrado a la Columna de la Hermandad del Huerto el Domingo de Ramos, a la Merced el Lunes Santo, a la Trinidad de la Santa Faz el Martes Santo (completando junto a Pasión de Linares uno de los mejores acompañamientos musicales que pueda tener una cofradía, ya no en Córdoba, sino a nivel regional incluso), el Miércoles Santo a Rocío y Lágrimas del Perdón, el Jueves Santo en la primera salida de la Esperanza del Valle de la Hermandad de la Cena (no pudo tampoco estrenarse en 2019 y tendrá que esperar ya a 2020) y no olvidándonos de que, hasta que a aquella Junta de Gobierno les dio la fiebre pro-costalera y cornetera (eso sí que es otro virus tremendo), fue la Banda que acompañaba con exquisito gusto al portentoso grupo escultórico de las Angustias que tallara Juan de Mesa.

Como mencionamos, la Banda con los años ha ganado calidad interpretativa, pudiéndose decir que se miran en parte en el espejo de una banda como el Carmen de Salteras (no obstante un ex-Salteras como José Manuel Toscano tiene mucha relación con la banda cañetera) uniéndose a ello un buen repertorio, bastante exquisito y con bastante presencia de marchas cordobesas, si bien no librándose de algún que otro garbanzo negro (Córdoba es Córdoba, qué le vamos a hacer), haciendo por ello que la Banda sea bastante versátil aunque quizás se sienta más cómoda en el registro cuando acompañan a palios de cofradías de "capa" pero elegantes, no sé si me explico (no quisiera ofender metiendo una comparativa, pero no es lo mismo una Hermandad como la Merced o la Cena, de barrio pero sin perder seriedad ni buen gusto, a una como la Paz y Esperanza que...bueno, ya sabemos cómo es). Si bien, no es desdeñable tampoco el repertorio serio/fúnebre que despliegan tras el Amarrado a la Columna desmontando absolutamente el tópico de que las BM son solo para los palios y demostrando que pueden pegar tras una imagen de Cristo con marchas como Jesús de las Penas, Jone, Mater Mea, La Quinta Angustia, etc.

Pero, si Tubamirum está totalmente consagrada en una capital como Córdoba, ¿por qué considerarla como infravalorada? Por varias razones que siempre aparecen:
-la principal el "servalabaricentrismo" del mundo cofrade por el cual, para el cofrade medio, lo que no está en Sevilla, no existe (ahí está que algunos ahora piensan que han descubierto a Pasión de Linares como Colón descubrió América, cuando muchos "vikingos" llevamos ya disfrutando de esas costas mucho tiempo).
-la secundaria, pero no menos importante, que parece que reste caché ser de un pueblito pequeño.
De hecho, me atrevería a decir que si Tubamirum en vez de "de Cañete de las Torres", fuera Tubamirum de La Rinconada o Tubamirum de Camas, estaríamos hablando de una banda, quizás no asentada todos los días en Sevilla, pero sí mínimo con uno o dos acompañamientos en la capital.

Sin duda alguna, una visión muy corta ésta del mundo cofrade (incluso no solo en música) que nos impide, muchas veces, descubrir tesoros que ignoramos que están ahí. Y es que los pueblos, lejos de tópicos y lejos de ese lugar olvidado que le damos, nos brindan muchas cosas buenas. Y Tubamirum, cofradieramente hablando, es una de esas cosas que muchos, los cordobeses sobre todo, tenemos la dicha de conocer.

Puntos a resaltar: calidad interpretativa y elegancia. Un repertorio que, aunque se pueda prestar a lo mediocre según se le solicite, no deja de ser en líneas generales de calidad, apostando también por el repertorio "local". La evolución con el tiempo que, junto a la juventud de gran parte de su plantilla, puede suponer que vaya a más.

En su contra: ser de pueblo y no ser de Sevilla. Que por lo primero quienes la ignoren la puedan encasillar como la típica Banda Municipal que a lo más que llegue sea a tocar cosas de Abel Moreno. Que por lo segundo y no tocar allí, no sea considerada con la calidad que verdaderamente tenga (pasos en Sevilla no es sinónimo de calidad siempre).

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