5 de junio de 2016

¿Regresar o no regresar? He ahí el dilema

Primera entrada, no sé si la última, de una nueva chicotá cibernética.

A lo largo de los años que he mantenido mi otro blog y que al parecer alguien se encargó de cerrar con malas artes, he ido desgranando y descubriendo que el mundo cofrade está lleno de personajes hipócritas e interesados que se creen con derecho divino a criticar y hacer, pero se creen con inmunidad para no ser criticados por lo que hacen mal ¡¡¡suscohoneahí!!! Estos intocables de Eliot Ness de las cofradías el problema es que en ocasiones, por contactos y amistades, mueven demasiado y al estilo de un entramado mafioso pueden tomar represalias si algo no les gusta (díganselo al antiguo blog Q.E.P.D.) ¡¡¡VIVA LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN, si señor!!!

Por eso esta segunda etapa la quiero dedicar en exclusiva a la crítica puramente musical, sin meterme en otras cuestiones. De hecho el título del blog es toda una declaración de intenciones:
El contrapunto es, por decirlo en lenguaje sencillo, la técnica musical que en composición permite conjuntar varias líneas melódicas para que suenen bien y crear una correcta polifonía. El contrapunto, junto con la armonía, es algo de lo más importante en composición musical y en el dominio de ambos (armonía y contrapunto) es donde un compositor demuestra su calidad o mediocridad, y donde una composición se puede evaluar en términos puramente objetivos, como buena o mala.
Pero mi contra-punto versará en la crítica musical desde un punto de vista desinteresado, sin filias, ni fobias, pues si de algo presumo es que puedo escuchar de todo y de todas las bandas, mientras sea bueno y adecuado a su fin que no es otro sino acompañar a las Cofradías. Haré el contra-punto, el punto contrario, a esas otras crónicas y/o críticas oficiales de la prensa y las bandas basadas en el ojanismo y la alabanza gratuita e interesada o a esas críticas lanzadas desde otros blogs o cuentas fakes que buscan descaradamente el descrédito de la banda o compositor rival para aupar a los suyos, a los de su preferencia.
Y lo mejor de todo es que ahora irán firmada con nombre y apellidos, con todas sus letras, y, además, quiero abrirme a la colaboración de todo aquel que, en la misma línea, quiera escribir.

Peeeero, peeeero.....
Visto el fin del anterior blog no me quiero arriesgar a que a este le pase lo mismo.
De entrada los comentarios dejarán de ser anónimos, así que se acabó el que quiera aprovechar para descargar sus frustraciones en la sombra. El que quiera comentar que lo haga bajo firma y así me libro de que se me achaquen a mí ciertas opiniones que no he dado yo (como sé de buena tinta que sucedió en el otro blog, amenazas de por medio incluidas de gente que se la veía muy "cristiana").
De segundas, como verán he introducido un aviso: el que no le guste lo que lee, que no entre. Así de simple, cada uno es libre de acceder o no, pero si no te gusta lo que lees luego no vengas a joder con amenazas porque aquí has llegado bajo tu entera responsabilidad, yo no tengo la culpa de que algunos seáis tan sumamente gilipollas (el que quiera que se dé por aludido, que por algo será). Y si lo que eres es masoquista y te gusta sufrir, cómprate un látigo y que te fustigue tu parienta o préndele fuego a una bolsa de plástico y deja que te chorree por el cuerpo, pero aquí no vengas a derramar bilis que me ensucias lo fregao.
Es más si veo que ciertas actitudes persisten, el blog va a continuar pero acabaré restringiendo el acceso a lectores invitados que sean de mi plena confianza y que de verdad quieran leer mis cositas y, por supuesto, previa identificación para evitar tener mi propio Casillas del blog. Se siente, nuevas normas, que para algo aquí mando yo.

Y de salida.... el regreso no está decido. Lo van a decidir quienes en los próximos días entren al blog. Os he dejado una encuesta en la columna izquierda con varias opciones. Dependiendo de lo que el público pida, regresaré o no.

Así que, hala, a votar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario