27 de abril de 2020

Test: Descubre la historia de tu vida musical

¿Aburrido del dichoso confinamiento? ¿Estar encerrado en casa te está pareciendo más largo que ver pasar la Cofradía de la Macarena desde la Cruz de Guía hasta el último músico del Carmen de Salteras?

No te preocupes, El Contra-punto te trae un breve entretenimiento a modo de chorri-test (aunque estos no se comparten en Facebook) en el que tú mismo escribirás la historia de tu vida musical cofrade. En este test, al estilo de un "efecto mariposa" deberás elegir entre las opciones que se te presentan para triunfar o fracasar en el mundo cofrade musical.
¿Sabrás tomar las decisiones adecuadas? ¿Serás el próximo Dani de Baza o un nuevo Mozart del Encore? ¿Las Hermandades y/o bandas se pelearán por tus servicios?
Solo elige la opción adecuada, pulsando en su enlace correspondiente, para sumar un nuevo capítulo en tu historia. Pero, OJO, presta atención y elige con sabiduría y cautela, pues toda acción podrá tener su consecuencia y auparte al éxito... o arrojarte al fracaso.



Atención, lea cuidadosamente estas advertencias antes de jugar:
-Este test es meramente humorístico.
-No se recomienda su uso a haters, siesos y a esos que se creen intocables ni a personas susceptibles de darse por aludidas.
-Abstenerse de realizarlo personas hipersensibles a las críticas o con tendencias conspiranoicas.
-Si te sientes identificado con alguna situación descrita y eso te ofende, ahhh, mala suerte, te jodes, no seas tan kofrade.
-En todo caso El Contra-punto no se responzabiliza de derramamientos de bilis, inflamaciones de vena en el cuello, irritabilidad en el ano, wittitis crónica, y otros síntomas derivados de sentirse aludido.
-De hecho, las situaciones aquí descritas son fruto de la perturbada mente de su autor por lo que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia....
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....o no.

Bandas infravaloradas: Paso y Esperanza de Málaga, mucho más que una simple copia

Prometo que esta banda era una de las primeras candidatas de las que tenía pensado hablar en esta sección desde que la inicié allá por el año 2016, pero las diversas circunstancias, que creía conveniente hablar antes de otras que estaban mucho más infravaloradas y que fueron surgiendo hechos que me incentivaron a hablar de otras bandas también, más el periodo que he tenido abandonado el blog, hicieron que lo fuera dejando hasta hoy.
Y hoy, que ya le toca su turno, me encuentro con el hecho de que la banda protagonista de hoy se podría decir que ha empezado a ganar algo de valoración puesto que, desde la Semana Santa más mediática, que es la de Sevilla, se han venido a fijar en ella para acompañar a una de sus Hermandades, y todo a pesar de no ser banda sevillana (que siempre digo que es un handicap) y habiendo sido elegida frente a una banda histórica (con lo que el nombre conlleva en este mundillo cofrade).

Muchos habrán adivinado (aunque no era una adivinanza, pues ya está puesta en el título) que voy a hablar de la Banda de Cornetas y Tambores de la Archicofradía del Paso y la Esperanza de Málaga (seguimos en esta provincia), banda creada en el seno de esta popular Cofradía de la capital de la Costa del Sol en el año 1998 con una evolución musical creciente que ha llegado hasta la modernización actual, etapa que la banda inicia aproximadamente en 2008 y en la que esta formación ha alcanzado altas cotas de calidad.

Habrá quien piense que Paso y Esperanza no es una banda actualmente infravalorada puesto que ya ha conseguido (aunque un año la lluvia y otro el dichoso virus lo hayan impedido) entrar en ese idealizado Olimpo, esa Meca de la música cofrade como es considerada La Campana Sevilla para el músico cofrade medio, de la mano de la Hermandad de la Exaltación, incluso en detrimento de una histórica como el Sol (que, a pesar de no estar en sus mejores horas, en esto de la música cofrade se puede vivir perfectamente solo del nombre y la historia). Pero, aunque ello parezca contradictorio, en mi opinión creo que ese hecho ha incidido precisamente en una mayor infravaloración de la banda malagueña por cuanto los defensores de la sevillanía, los seguidores y afines al Sol (y a otras bandas que ven peligro en la entrada de esta banda, como cualquier otra foránea, en Sevilla) y toda esa clase de arios que dicen que ninguna banda foránea debería tocar en Sevilla porque sí, porque ellos lo dicen y ya está -y eso por no olvidar los propios cainitas de la misma Málaga o incluso los propios arios malagueños que no pueden soportar ver esta banda en Sevilla por esas estúpidas rivalidades regionales que no llevan a nada-, han venido a atacar de todas formas habidas y por haber a la Banda, esgrimiendo principalmente un tópico tan extendido como que "esta banda es una copia de Cigarreras".

Y, ciertamente, la influencia de la banda sevillana es bastante sensible en la malagueña, pero aquí habría que reseñar diversas cuestiones que, en mi opinión, separa a esta banda de cualquier banda fotocopia.
-Lo primero de todo por una constante a lo largo de la Historia del Arte y de la Música: salvo los grandes genios (e incluso a veces ni ellos), no ha habido grandes artistas y músicos que hayan nacido "per se", sino que todos han tomado un camino, unas influencias, unos propios referentes, desde los cuales luego han forjado su propio camino. En la propia música cofrade hay muchísimos ejemplos de bandas hoy consagradas que han partido de referentes previos: la mitificada Policía Armada enraiza con Bomberos de Málaga y a su vez de ella bebieron en sus inicios la mayoría de CCTT de Sevilla, incluida Cigarreras que para más señas contó con Manuel Pardo (ex Policía Armada), Presentación de Dos Hermanas en los 90 llevó mucho repertorio cigarrero y a su vez la hoy tan conocida Rosario de Cádiz tiene claros reflejos presentacioneros. Virgen de los Reyes (antes Jesús Despojado) parte claramente de Arahal, Pasión de Linares tuvo unos inicios muy influenciados por la Estrella de Dos Hermanas y Redención de Córdoba, etc, etc.
-Lo segundo porque Paso y Esperanza es considerada "copia" por su forma de entender la música y la corneta: los malagueños tienen una forma de interpretar en la que la corneta es usada, cómo decirlo, con más suavidad, una música más basada en la mesura, buscando afinación más que potencia incontrolada,... vamos, las características por las que es reconocida Cigarreras. Pero, seamos sinceros, buscar la corrección, buscar los valores musicales por encima del espectáculo, buscar una calidad sonora no es, no debería ser, exclusivo de una banda ni una firma ni un rasgo. En estos tiempos en los que el acceso a un mínimo conocimiento musical está al alcance de cualquiera debería ser la tónica, al menos para cualquier colectivo que diga dedicarse a la música.

De hecho, esto último es visible en Paso y Esperanza si se la ve con cierta objetividad. Y es que la banda malagueña, aunque tenga marchas de Cigarreras y uno de sus autores referentes sea Pedro Pacheco (aquí vuelve la falacia de las bandas de "pasocristo" de que las marchas y autores pertenecen a una banda), también tiene marchas de, por ejemplo, Triana, marchas propias de las cuales alguna que otra tiene cierto aire "presentacionero", y en todas las composiciones, sea cual sea, la forma de interpretación es la misma. Incluso defendiendo repertorio no cofrade se puede ver a esta formación tocar con la misma corrección y calidad.

Son motivos que hacen que Paso y Esperanza sea una injusta víctima de esa mentira, de ese mantra, ese dogma mil veces repetido de los "estilos", de ese intento de crear cotos privados, de generar una falsa exclusividad a la música y que obliga a las bandas a tomar una u otra dirección sacrificando lo bueno que pueda haber en otras y que hace que las Hermandades contraten a una u otra banda no por su calidad, no por cómo tocan, no por su repertorio, sino porque lleven el "estilo fulano" o el "estilo setano" al gusto de, siempre, los de abajo según quieran imitar al "Caballo", al "Herodes", al "Caifás" o al "Penas". Es decir, nula personalidad propia, nula identidad, consecuencia de esta globalización de la Semana Santa en la era digital que solo entiende como válido un modelo y que nos obliga a poner etiquetas que, en ocasiones como ésta, no hacen justicia. ¿O es que decimos de Tejera que es copia del Carmen de Salteras o viceversa porque ambas lleven Pasan los campanilleros o Amarguras en sus repertorios? ¿Acaso las Orquestas Sinfónicas del Mundo son copias entre sí porque todas interpreten obras de Beethoven, Mozart, Wagner, etc.? ¿O los pianistas se copian por tocar todos a Chopin o Debussy? La música, si es buena, no debería tener fronteras ni etiquetas.

Por todo ello, aunque con su entrada en la "sacrosanta" Semana Santa de Sevilla parezca que esta banda haya alcanzado su "confirmación", hago merecedora a Paso y Esperanza de entrar en esta sección de "Bandas infravaloradas". Esperemos que 2021 les deje demostrar, por fin, su valía.

Puntos a resaltar: la calidad interpretativa y sonora de la banda, sea cual sea el registro en el que se muevan. Su repertorio también está bastante cuidado, creo que incluso incluyen temas que hoy no se escuchan en otras bandas o no son tan frecuentes del nivel de Dios Padre, Dios del Amor.

En su contra: la etiqueta de banda copia. Eso influye en que quizás no sea tan conocido su repertorio propio. De nuevo, el apellido "de Málaga". La propia infravaloración en su Cofradía e incluso diría yo que en su propia ciudad (no quisiera recordar el "desaire" protagonizado el pasado Jueves Santo por un grupo de energúmenos ario-malagueños al paso de dicha banda).

21 de abril de 2020

De dónde viene la marcha...: Medea

Informo a mis lectores que, a partir de esta entrada, he pasado a publicar esta sección como colaborador en el portal de El foro cofrade, en el que también podrán encontrarla. De todas formas, subiré los artículos también en este mi blog.

Uno de los argumentos que los pseudo-puristas, neorrancios y/o enemigos de las Agrupaciones Musicales históricamente más han esgrimido contra el género de Eritaña y a favor de las Cornetas y Tambores ha sido el de esa supuesta inmaculada integridad de estas segundas casi desde la Policía Armada, frente a la degeneración de ese estilo "cateto" y "de pueblo" que se ha dejado mancillar siendo permeable a aceptar adaptaciones de temas no cofrades (aunque éstos fueran cantos litúrgicos). De esa forma se criticó, hasta la prohibición, que una banda tocara una adaptación de una zarzuela como es el caso de Alma de Dios, por no ser "religioso".

Realizo esta introducción porque la marcha de cuyo origen vamos a tratar hoy demuestra el sesgo de esta clase de personajes, sus prejuicios y su hipocresía movida por ese odio sin motivo hacia las Agrupaciones, pues la marcha de la que hablamos, por contra, sí ha gozado desde siempre de mejor prensa, o al menos no ha sido objeto de tantas críticas feroces, incluso no siendo su origen, tampoco, para nada sacro.

Hoy toca hablar de la marcha (o mejor dicho las marchas, en plural) Medea. Se trata de diversas adaptaciones de las que, la primera, o al menos la primera en popularizarse (aclaro el inciso de que por mucho que una banda de, por ejemplo, un pueblo de Albacete que no sea conocida a nivel general hubiera realizado una adaptación antes, aquí estamos mencionando a la banda o autor que la hizo conocida), fue la adaptación que realizara la Banda de las Tres Caídas de Triana a inicios de los 90, y de la que hablaremos más adelante.

Pero ahora toca hablar del origen de dichas marchas. Y partamos desde la Antigüedad:
Medea era un personaje de la mitología clásica griega, concretamente dentro del mito del Jasón y el viaje de los Argonautas, sacerdotisa de Hécate, hija de un rey y de una ninfa, se podría describir a su personaje como el prototipo de hechicera/bruja. En el siglo V a.C. el poeta Eurípides escribía su tragedia homónima que narraba la historia de Jasón tras el viaje, quien se había casado con Medea para lograr su objetivo de obtener el Vellocino de Oro, y una vez logrado la repudió y se comprometió con otra mujer más joven. Medea, en acto de venganza, consigue matar a dicha joven y llega hasta a matar a sus propios hijos. En fin, como ven, todo muy en línea con el cristianismo (modo irónico, claro).
Posteriormente, pero aun en la Antigüedad, el literato cordobés Lucio Anneo Séneca realizaría su propia versión de este drama aunque centrándose mucho más en el personaje femenino, en la propia Medea, y la convierte en un personaje más pasional, movido por la sinrazón.

Manolo Sanlúcar
Pues bien, tomando el texto de esta versión de Séneca, en el año 1984 el Ballet Nacional de España realizaría un espectáculo musical sobre dicha tragedia, siendo la coreografía de José Granero y el guión de Miguel Narros. La música, que es el apartado que nos ocupa, se le encargaría al guitarrista y compositor Manolo Sanlúcar (nombre artístico de Manuel Muñoz Alcón), uno de nuestros más destacados compositores contemporáneos.
El estreno absoluto de la obra tuvo lugar el 13 de julio de ese año 1984 en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, siendo la protagonista principal encarnada por la gran bailaora Manuela Vargas, dejando entrever una versión muy flamenca y andaluza de la tragedia pero sin restar un ápice del dramatismo, violencia y pasión del texto de Séneca, algo que no hubiera sido posible lograr sin la música y la guitarra de Manolo Sanlúcar. Y es que, como dijera Turina: "El fondo del sentimiento andaluz es triste, ¡y se empeñan en una continua pandereta!".
Carátula delantera del LP original editado
en 1987 por el Ministerio de Cultura
Sobre un posible comentario musical de la obra, no seré yo quien tenga la formación suficiente para abordarla, si bien quienes conocen la obra de Sanlúcar verán en esta partitura una obra que enlaza el flamenco con otras tendencias musicales, algunas contemporáneas, y siempre centrado en recrear ese sentimiento sobre todo alrededor de la protagonista.

El LP de la obra sería editado en 1987 y sería pocos años después cuando una parte de su música recalaría en el mundo cofrade. Así, entrando en la década de los 90, de la mano de Julio Vera, Manuel Cebrero y Miguel Ángel Flores, la Banda (por entonces sí) de Cornetas y Tambores de las Tres Caídas de Triana incorporaría una adaptación de esta Medea, concretamente de las piezas 14 y 15, sus dos últimos fragmentos, llamados "Tiempo de Dolor" e "Y Amén", los cuales según el libreto del ballet describen el final de la historia cuando Jasón y Medea se maldicen mutuamente por tanto dolor y, finalmente, cuando Jasón se queda solo pues su mujer e hijos han muerto mientras que Medea huye, curiosamente, según la historia, algo situado temporalmente en la madrugada.
No sabemos si este hecho (vinculación con esa "madrugada") motivó la elección de estos fragmentos, aunque lo más seguro es que fuera la forma en que está elaborado: en tiempo prácticamente de marcha, casi como marcha fúnebre, y con una gravedad dramática pero sin olvidar el flamenco, además de poderse adaptar muy bien en lo que a tonalidad para ser tocado con la corneta refiere, la adaptación funciona, y funciona tan bien que para quien no lo sepa podría pasar perfectamente como marcha procesional escrita ex-profeso para Banda.
Tres Caídas estrenaría esta marcha en 1991, siendo grabada en 1992 en el disco (discazo) Toques de Triana con arreglos de Rafael Soto Reyes, y popularizándose desde entonces, formando esta Medea, con los diferentes arreglos que se han ido sucediendo a lo largo de su trayectoria, parte de los repertorios de muchas Bandas de Cornetas y Tambores e incluso siendo la adaptación adaptada (valga la redundancia) al género de Agrupación Musical precisamente por el propio Manuel Cebrero junto a Jesús Gómez para la antigua Agrupación Musical de Los Gitanos que la recogía en su primer disco llamado Señor de la Madrugá en 1997.

Como decimos esta es la primera marcha de "las marchas" Medea, pues años más tarde, aunque con desigual resultado y popularidad, sería la Banda de CC.TT. del Sol la que se fijara en este ballet musicado por Sanlúcar para extraer otros dos fragmentos y adaptarlos a marcha.
Así, en 2007 se estrenaría, de manos precisamente de un ex-Triana, Israel Jiménez Chozas junto a Juan Manuel Fernández Carranza, una adaptación de la pieza número 9 titulada "Conjuro", que describe a esa Medea hechicera haciendo uso de la magia para trazar su plan de venganza.
Y, finalmente, por Álvaro J. Rufino, se estrenaría, casi un cuarto de siglo después de la primera Medea, en 2017, una adaptación de la pieza número 5 titulada "Seducción", a la que, para darle un título quizás menos sensual y que "pegase" más en Semana Santa, se retitularía como "El Romance de Medea" (título que, seamos sinceros, nada tiene que ver con lo que describe ese fragmento en la obra de Manolo Sanlúcar: Jasón intentando seducir a Medea para persuadirla de sus intenciones).

Muchas más versiones se han sacado de la magnífica obra de este gran compositor andaluz que tomó como nombre artístico el nombre de su tierra de nacimiento, incluso quien les escribe ha llegado a ver hasta versiones "remix" que toman un poquito de aquí y de allá. De hecho, como leí una vez en un foro, es casi posible recrear el ballet entero con adaptaciones, y esto es posible porque la música de Manolo Sanlúcar funciona, y lo hace con una perfecta unión de nuestra música, de nuestra cultura, de lo popular pero no entendido como algo sin altura, fusionado con lo que, a veces despectivamente, se tacha de "culto". Y en unos tiempos dentro de la música cofrade en los que, mientras unos ensalzan un tipo de música programática a veces casi sin saber bien lo que es y se apuntan al carro de "describir" su música porque es "la moda", a la par que otros la critican por no ser "cofrade" o "costalera" o "popular", no nos damos cuenta que hace más de 25 años, sin pretenderlo, alguien dio una lección magistral, o mejor dicho la recordó (pues no olvidemos que eso ya se hacía en el siglo XIX): la buena música, de por sí, es capaz de funcionar sola, siempre que se adapte bien al contexto en que se quiera usar. Y Medea, esta Medea, aunque nos hable de tragedias y mitos paganos de la Antigüedad, su música consigue aunar ese drama y pasión en una madrugada de dolor y llanto, al dolor y la Pasión de Cristo, de esa “Madrugá” que rememora su sacrificio.
Y da igual que lo haga una Agrupación Musical o una Banda de Cornetas, porque lo bueno siempre debería ser bien recibido, lejos de cualquier prejuicio.

Para concluir, como curiosidad, no es con Medea la única vez que Tres Caídas haya recurrido al maestro Sanlúcar: en su disco Novena Trabajadera (2006) se incluiría una adaptación del tema "Angustias", tema original del LP "...al viento" editado en 1982.


Post Scriptum a 5 de mayo de 2020: en ciertos portales cofrades, así como incluso en la página de Wikipedia dedicada a la Hermandad de la Lanzada, aparece mencionado que la marcha Medea se dedica a dicha Hermandad, en concreto a su titular Gloriosa, la Esperanza Divina Enfermera. El por qué de dicho dato lo he podido conocer a través de un compañero músico de la propia Banda de las Tres Caídas de Triana que menciona que, en unos inicios, la marcha se iba a titular como Esperanza, Divina Enfermera o Divina Enfermera a secas, siguiendo una costumbre bastante habitual en la música cofrade sevillana de estos años de retitular adaptaciones similares para dedicarlas a Hermandades. Sirva este dato, que añado como Post Scriptum ya que lo he conocido tras subir el artículo, para completar más este escrito.

17 de abril de 2020

Bandas infravaloradas: Vera Cruz de Campillos, entre Oriente y Occidente

Llevaba tiempo sin escribir en esta sección y en estos tiempos de confinamiento la intentaré retomar para traer más bandas que considero no están valoradas en su justa medida en el mundillo de la música cofrade.

Hoy retorno al género de las Agrupaciones Musicales, género en el que considero que hay mayor cantidad de bandas infravaloradas por cuanto, ya de por sí, las Agrupaciones Musicales están denostadas y maltratadas por las modas que imponen el modelo sevillano-trianero de cornetas y tambores (pero dopadas) e izquierdo.
Y lo hago con una Agrupación que, desde que la conocí por primera vez hasta hoy, ha presentado una evolución, tanto en calidad musical como en estilo y repertorio, bastante notable, hasta el punto de ser una de las mejores de su género (si no la mejor) en su provincia (una provincia, por cierto, no muy dada a las Agrupaciones Musicales).
Ésta es la Agrupación Musical Vera Cruz de la localidad de Campillos (Málaga), formación con cerca de 40 años de andadura que ha tenido varias etapas en su historia pasando del estilo puro de Agrupación a una especie de estilo "mixto" incluyendo instrumentos de viento-madera, retomando en 2005 la conformación de Agrupación que mantienen en la actualidad.
Precisamente poco después de este último y definitivo cambio es cuando conozco por primera vez a esta banda, concretamente en el año 2006 compartiendo cartel en el Certamen "Madre Cigarrera" conocido como el concierto de la Torre del Oro, siendo lo que entonces más me llamara la atención su curioso uniforme completamente verde botella, puesto que musicalmente tampoco, por entonces, destacaba sobremanera. En una segunda ocasión coincidí con aquella banda, concretamente en 2007 creo recordar que en un certamen en Morón, pero poco cambio había experimentado, tocando algunas marchas de Mena con arreglos de Pacheco, y algún que otro tema propio.
Pero, como mencionaba, los años han pasado para bien para esta Agrupación y ha adquirido, con el tiempo, una contrastada calidad. Calidad tanto a nivel musical, observándose una muy buena interpretación en sus actuaciones, con una sonoridad y conjunto bastante bien logrados, pero también en su repertorio, extenso (mucho, diría yo) y variado.

Es en este punto, el repertorio, en el que la banda creo que más reluce, y es que, como bien presumen en su web (y pueden hacerlo, sin duda) encontramos un extenso y cuidado repertorio, variado en cuanto a estilo de marchas y autores, mezclando clásico y actual junto a lo propio, y con excasos puntos negros en cuanto a adecuación y calidad se refiere.
Y es aquí donde explico por qué describo esta banda como "entre Oriente y Occidente". En cuanto a Agrupaciones Musicales refiere, existen, a mi parecer, dos claras formas muy diferenciadas de hacer música:
-En la parte "occidental", que bien se podría reducir a las grandes bandas sevillanas y sus bandas satélite correspondientes, se viene buscando una marcha de raigambre más popular, populista en ocasiones, un tipo más clásico, entendiendo clásico por marchas de no mucha complejidad ni armónica ni interpretativa (salvo por el aprovechamiento de la capacidad individual de los propios músicos frente al conjunto), marchas en las que la melodía tiene más peso y que buscan más conexión con el público.
-Mientras que en la parte "oriental" se ha venido desarrollando una música algo más compleja con aspectos descriptivos e incluso solemnes y algo menos apegada (que no despegada completamente) a lo popular.
Ojo, aclarar que esto no es algo excluyente: ambas formas de hacer música son compatibles y permeables: podemos encontrar marchas de una en otra y viceverse, pero las tendencias parecen ir por esos lados.

Pues bien, aclarado el inciso, considero que esta banda campillera, aunque más tendente a esa línea "oriental" que se define muy bien con autores como Barbero, Moreno Pozo, Sánchez Martín, Jesús Lora (del que, por cierto, veo que ya no sigue en el repertorio Vigía de nuestras almas, una pena),... a la que se añaden marchas no propias como La Amargura o Sangre en tus clavos, tiene también una rica muestra de la línea "occidental", llevando una selección de marchas que van desde Arahal a lo propio, pasando por Pasión de Linares, Sentencia de Jerez, Virgen de los Reyes, Redención de Sevilla, San Benito, Los Gitanos, Estrella de Dos Hermanas, Redención de Córdoba, etc... haciendo de ella una banda versatil, que lo mismo te vale para un Crucificado que para una Hermandad de corte popular.

Será por todas estas cuestiones que la banda esté plenamente asentada en la ciudad de Málaga, cuna de las cornetas y tambores, acompañando a varias de sus Hermandades y no sabría uno si añadir si siendo una de las culpables de que el género de Eritaña esté calando algo más en la capital de la Costa del Sol.
Si bien, aunque reconocida en su propia provincia y también por gran parte del público digamos algo más entendido, para otros esta formación musical es casi una auténtica desconocida. Como siempre, cosas del "apellido".

Puntos a resaltar: su repertorio, especialmente en cuanto a selección de temas y a variedad. Ello deriva en su versatilidad para acompañar a cualquier tipo de Cofradía sin desentonar. La apuesta por la calidad musical también visible en la interpretación y afianzada a futuro gracias a su propia Escuela Musical, la cual está perfectamente presentada a través de su página web.

En su contra: la extensión del repertorio y su heterogeneidad también pueden repercutir en contra, puesto que entre tanto repertorio habrá marchas que se pierdan. Ser Agrupación Musical pesa en contra porque la moda es llevar Cornetas y Tambores. Y, como siempre, no llevar el apellido "de Sevilla".

16 de abril de 2020

De dónde viene la marcha...: Ave María (mal llamado de Caccini)

Tomo para este mi blog una especie de sección-tema que ya inicié una vez en un foro de música cofrade y que en su día medio retomé cuando era encargado de la web de una Agrupación Musical (que hoy no existe, la web me refiero). Se tratará de una sección para hablar sobre el origen, curiosidades y demás de algunas marchas bastante populares de nuestra Semana Santa, pero que muchos desconocen realmente de dónde provienen.

Y comenzamos con la que sin duda es una de las composiciones, por no decir la que más lo está, de moda dentro de los repertorios de la música cofrade contando con adaptaciones en cualquiera de sus 3 estilos para banda e incluso siendo interpretada hasta en música de capilla y vocal, tanto en procesiones como en cultos internos y actos de nuestras Hermandades.

Hablamos del Ave María, popularmente llamado como “de Caccini”, uno de los “Ave María” más famosos del mundo, una pieza con una melodía especialmente hermosa y conmovedora que se ha hecho hueco en nuestra Semana Santa especialmente desde que la popular Banda de “las Cigarreras” de Sevilla la adaptara y la estrenara en Cuaresma del año 2013.

Como indicamos, es tradicionalmente conocido como “Ave María de Caccini” (para distinguirlo de otros) pues su composición se atribuyó durante décadas al compositor tardo-renacentista/barroco italiano Giulio Caccini (1551-1618). Sin embargo la realidad descubierta hace ya bastantes años sobre su autoría dista mucho de esta atribución, y es que este Ave María ni es una obra del mencionado Caccini ni mucho menos es una pieza barroca y ni siquiera es italiana.
Vladímir Fiódorovich Vavílov
En concreto este Ave María se trata de algo que es conocido como un “engaño musical”, práctica que consiste en que un compositor, normalmente contemporáneo, crea una obra que intenta imitar música del pasado y la atribuya a algún compositor reconocido para que la obra parezca de mayor categoría (práctica a la que pertenece, por ejemplo, otra obra muy popular como es el Adagio llamado de Albinoni que en realidad era del compositor contemporáneo Remo Giazotto).
Fue Vladímir Fiódorovich Vavílov, guitarrista, laudista y compositor soviético (pues vivió entre 1925 y 1973, cuando todavía existía la URSS) el verdadero autor de esta pieza que nos ocupa, quien la compuso hacia 1970 cuando él mismo la graba en un disco titulado “Música de laúd de los siglos XVI-XVII”, publicado por la discográfica “Melodiya” (que era propiedad del estado soviético). En este disco, a pesar del título, todos los temas eran obra de Vavílov pero él mismo los atribuía a compositores renacentistas o barrocos o directamente los ponía como piezas anónimas de esos periodos. El motivo de esta decisión lo explicaría Tamara Vavilov, su hija, ya fallecido éste:
“Mi padre estaba convencido de que las obras autodidactas de un desconocido compositor con el vulgar apellido "Vavilov" nunca serían publicadas. Pero él realmente quería que su música llegara a la audiencia y llegó hasta el extremo de dar toda la gloria a los compositores medievales y "autores desconocidos".”
Portada original del disco "Música de
laúd de los siglos XVI-XVII"
Como curiosidad, en este disco original, el Ave María aparecía como obra anónima, no siendo suya la atribución a Caccini con la que pasó a la posteridad. Posiblemente fue su compatriota, el organista Mark Shakhin, quien colaboró con Vavilov en el citado disco, quien tras su muerte difundió así la obra que apareció por primera vez vinculada al compositor italiano en otra grabación discográfica de Melodiya en 1975.

Algunos entendidos, no obstante, no se explican cómo esta atribución pudo “colar” durante tantos años. Analizando otras obras de Caccini en comparación a este Ave María, la música de Caccini es la música propia del tardo-Renacimiento y primer Barroco, con armonías más elaboradas y con una melodía prácticamente supeditada a los largos textos religiosos pues hay que recordar que nos encontramos en plena época de la Contrarreforma, con una Iglesia Católica que velaba por el estricto cumplimiento de la doctrina y la efectividad y claridad a la hora de transmitir su mensaje. En cambio la pieza de Vavilov usa una armonía tonal más clásica, siendo armónicamente más simple, y con una melodía que claramente prevalece sobre el texto, un texto que además queda reducido solo a sus dos primeras palabras, algo que no hubiera sido permitido para nada en la Iglesia de aquel momento.

Respecto a su viaje a la música cofrade, aunque posiblemente esta música ya haya sido utilizada antes (posiblemente adaptada a Banda de Música), la obra ganaría popularidad gracias a la mencionada adaptación por “las Cigarreras” (todo el mundo sabe que, para los "seguidores" de la música cofrade, las BM no interesan), siendo una versión “corta” del Ave María grabado originalmente por Vavilov, pues se interpreta desde su segunda mitad usando como introducción el “puente” que en dicha grabación realiza el órgano y en la tonalidad de Fa menor para facilitar la incorporación de la corneta. Tras la adaptación de Cigarreras, muchas bandas han tomado o bien dicha versión o bien elaborado propias introduciendo variaciones al gusto, tomando incluso versiones distintas a la original, por ejemplo de arreglos orquestales como éste.

Dejamos como epílogo a esta historia un final que, por desgracia, no pudo ser feliz: apenas unos años después de publicar este disco con ésta, su pieza que quizás ha pasado más a la posteridad, el 11 de marzo (fecha muy significativa para un servidor, por cierto) de 1973, Vladímir Fiódorovich Vavílov fallecía con apenas 48 años de edad. Y lo hacía sufriendo la agonía de un cáncer de páncreas y en la pobreza, sin haber podido disfrutar en vida de la fama y reconocimiento que posteriormente tuvo su obra. Ni años después, cuando el Ave María se popularizó del todo siendo interpretado por grandes intérpretes del mundo de la música, siquiera este humilde músico, tan humilde que con tal de que se escuchara su música prefirió permanecer en la sombra, tampoco llegó a ser reconocido, llevándose el mérito un compositor que no lo fue de esta obra. Años hubieron de pasar para que el apellido Vavilov, el que él mismo decía que era un apellido “vulgar”, se asociara como debía ser, con su obra.
Pero, desgraciadamente, todavía no se ha hecho justicia con este compositor: en la actualidad, a pesar de haberse desmentido ya la antigua atribución, aun hay gente que sigue hablando del Ave María de Caccini, y el remate lo ha venido a dar precisamente nuestra música, la música procesional, que aun sigue perpetuando el error, condenando al ostracismo al verdadero artífice de dicha música, y todo hace indicar que se hace, no por ignorancia sino de manera plenamente consciente por guardar unas apariencias, por alguna necesidad de aparentar que se es más culto por ello, porque vende más un apellido con el soniquete italiano como es Caccini y hablar de que se ha adaptado una pieza barroca, que la realidad.

Que menos, desde aquí, que intentar devolver aunque sea un poco la gloria a un hombre que, ya no es que no pudiera disfrutarla en vida, es que además se marchó de una forma tan injusta y dolorosa. Que menos que los cofrades seamos fieles a la realidad y empecemos también ya a llamarlo por derecho como corresponde: el Ave María de Vavilov.

Hasta la próxima.

12 de abril de 2020

Pasando (de) la cuarentena: los colores de la Semana Santa. Hoy: el VERDE (parte 3ª)

LOS COLORES DE LA SEMANA SANTA. EL VERDE (parte 3ª):

Y llegamos al último gran significado del color verde en la Semana Santa.
Escudo de la Confraternidad de
Hermandades y Cofradías de la
Vera+Cruz
Foto: Web de la misma
Decir color verde en el ámbito de las cofradías es decir Vera-Cruz.
“¿Y esto por qué es?” Pues invención mía ya digo yo que no.
Reiteramos en el simbolismo del verde como color de la vida, luego el Árbol de la Vida, cuyas referencias son numerosísimas en la Biblia desde su primer libro (el Génesis) hasta el último (Apocalipsis), si tuviera que tener un color sería el verde. Y el Árbol de la Vida para el cristiano es la Cruz, la Santa Cruz, la Santa Vera-Cruz, la Verdadera Cruz en la que Cristo ofreció su sacrificio, el “árbol” que regó con su sangre por nuestra salvación y a la que rinden culto estas cofradías, muchas de las cuales son de gran antigüedad y conforman el origen de la Semana Santa.
Pero no solo por esta relación lógica “si verde=vida luego, Árbol de la Vida=verde”, es el verde el color de la Vera-Cruz. Su fuente directa es una clara referencia en los Evangelios, en la palabra del Señor, concretamente en un pasaje que recoge San Lucas (24, 27-31) cuando Cristo, cargando con la Cruz, exhorta a las mujeres de Jerusalén que lo siguen y lloran por él. Y dice el último versículo de ese fragmento: “porque si esto hacen al leño verde, ¿qué no harán al seco?”.
El leño verde pues es sinónimo de Jesús, y por eso la Vera-Cruz se representa con ese color verde, y por eso es, obviamente, el color corporativo de las Cofradías de la Vera-Cruz. Es un color que tiene pues una clara referencia en los textos sagrados, en la Palabra Divina.

Como color corporativo aquí nos venimos a referir que el verde, a diferencia que otras simbologías de colores que hemos señalado, es un color que está presente en prácticamente todos los aspectos de la gran mayoría de Cofradías de la Vera-Cruz (y todo lo relacionado con ellas).
Banner de la web de la Hdad. de la Vera + Cruz
de Sevilla con el escudo de la misma
Foto: web de la Hdad.
Empezando por elementos representativos como la heráldica y las medallas. En los escudos de las Hermandades y Cofradías cruceras (crucero/a sería la palabra, el adjetivo, para referirse a lo relacionado con las corporaciones de la Vera-Cruz) es universal la presencia de la Cruz (poniendo en el buscador de imágenes de Google “Escudo cofradía Vera Cruz” se puede ver) y en muchos de esos escudos es una Cruz que se suele representar pintada de verde en alusión a ese leño verde, a la Verdadera Cruz como Árbol de Vida, caso de los escudos de la Vera-Cruz de Sevilla (en imagen), la de Jerez, Almogía, Alcalá del Río, Alhaurín el Grande, Alhaurín de la Torre, Coria del Río, Baeza, Andújar, Puerto Real, Marchena, y un largo etc… Hasta el escudo de la propia Confraternidad que reúne a las Hermandades y Cofradías de la Vera-Cruz de España luce la Cruz Verde en su escudo, Cruz Verde que, por cierto, también era uno de los símbolos de la Santa Inquisición (de ahí que haya lugares en algunas ciudades que lleven este nombre, como la famosa Plaza de la Cruz Verde en el Barrio de la Viña de Cádiz, hoy renombrada con el nombre del gran autor del Carnaval gaditano, Antonio Martín).
Mismo color que se establece incluso en las reglas de algunas, como las de Sevilla o Cádiz, como color de la cordonería de sus medallas.

También vemos el verde en los propios cortejos penitenciales; en algunas, por ejemplo las citadas de
Altar de insignias de la Vera+Cruz de Sevilla.
Se observa el predominio del color verde.
Foto: La Gubia y el Tas.
Cádiz y Sevilla, sus propias reglas (se pueden encontrar en internet y leerse fácilmente para comprobar) se establece que la insignia o estandarte sea de color verde oscuro, aunque no hace falta que las reglas lo dicten y muchos bacalaos e insignias de Hermandades y Cofradías de la Vera-Cruz tengan la presencia del color verde.
Otras muchas también suelen hacer uso de cera color verde para sus hermanos de luz. Como curiosidad este privilegio se lo disputó en Sevilla la Hermandad de la Vera-Cruz a una de las Esperanzas (no recuerdo cuál ahora mismo). Verde es también la cera de los hachones de muchos pasos de Cristo de la Vera-Cruz, la propia de Sevilla por no salirnos del ejemplo viendo como el verde como color corporativo de la Vera-Cruz llega a cualquier mínimo detalle.
Y esto es así hasta el propio hábito de sus nazarenos, y es que, salvo excepciones (que ahora nos
Nazarenos y Cristo de la Vera+Cruz de Alhaurín
de la Torre.
Foto: Diario Sur.
pararemos a explicar) y salvo Hermandades de la Vera-Cruz consideradas “de negro” los nazarenos de la Vera-Cruz suelen vestir color verde. Muchísimos ejemplos hay, aunque nos pueden servir, por tenerlos yo frescos en la memoria, los nazarenos de la Vera-Cruz de Tocina o estos nazarenos de la Vera-Cruz de Alhaurín de la Torre que visten ricas túnicas de terciopelo verde.

Hablando de esta corporación torrealhaurina (a cuyo titular el Cristo de la Vera-Cruz suele acompañar la Legión ¿qué visten de? Exacto, de verde), el sobrenombre popular que tanto en esta localidad malagueña como en la otra Alhaurín (Alhaurín el Grande) y también en otros lugares es el de “Cofradía de los Verdes” clara referencia a los colores que las identifican y que las diferencian de otras cofradías vecinas (blancos,
En primer término, el llamado "Cristo Verde" de
Antequera, representado en este cartel por Juan A. Roda
Foto: web del autor.
moraos, rojos,…).Pero es que, esto de denominar popularmente como “verdes” no solo se ciñe a referirse a los cofrades de la Vera-Cruz: hay un caso muy curioso en el que una propia imagen titular de Cristo recibe este nombre. Hablamos del conocido Santo Cristo Verde, titular cristífero de la Vera-Cruz de Antequera, imagen de Cristo muerto clavado a una llamativa cruz de color verde y que algunos estudiosos creen que fue antiguo titular de otra, en este caso desaparecida, Cofradía de la Vera-Cruz: la de Granada.

Pero, ¿hay hermandades de la Vera-Cruz, como la de Córdoba, que no usan el color verde? Se preguntarán algunos.
Bien, esto es y en parte tampoco es cierto, pues en el caso de Córdoba el verde también está presente aunque sea en detalles, y por otra parte porque la actual Vera-Cruz de Córdoba nada tiene que ver con la Vera-Cruz original que se fundó en el antiguo Convento franciscano de San Pedro el Real.
En estos casos de Vera-Cruz sin color verde siempre suele haber una explicación. Para ellos hay que remitirse al propio origen y desarrollo de las cofradías de la Vera-Cruz, ya que las más antiguas Cofradías de la Vera-Cruz eran de tipo asistencial y no de penitencia. Las cofradías de Vera-Cruz como penitencia surgen a partir de 1536 cuando a la Vera-Cruz de Toledo les son remitidas las indulgencias concedidas por el Papa Pablo III para los cofrades de la Vera-Cruz que hagan penitencia en la jornada del Viernes Santo, y a raíz de ahí se fomenta el culto a la Vera-Cruz y aumentan las fundaciones de Cofradías de Penitencia de la Vera-Cruz en años posteriores, la de Palma del Río por ejemplo lo hizo en 1555. Sin embargo, provocado en parte por los preceptos tridentinos (Concilio de Trento) que impulsó la creación de imágenes devocionales de la Pasión que movieran a la piedad de los fieles, en el siglo XVII las Cofradías de la Vera-Cruz comienzan a perder popularidad a favor de devociones pasionistas (Nazareno, Jesús Amarrado a la Columna, Soledad, Dolores,…) y muchas en años posteriores se vieron obligadas a fusionarse con estas otras corporaciones pasionistas para sobrevivir: por ejemplo muchas lo hicieron con cofradías de Jesús Amarrado a la Columna (o de la Sangre) ya que las Cofradías cruceras solían ser de disciplinantes (hermanos de sangre) y de ahí que haya cofradías que usen el rojo o directamente el morado simplemente como color puramente penitencial, otras hicieron lo propio con Cofradías de la Soledad, Santo Sepulcro o Dolores y tomaron el negro. En casos como el de Aracena tomaron el azul quizás porque la Vera-Cruz se fusiona aquí con la Cofradía del Mayor Dolor que es Patrona de la localidad (o lo que es lo mismo, la devoción mariana –azul color mariano- tiene digamos más peso).

Pero lo habitual y directamente lo más correcto, por tratarse de algo prácticamente oficial, es que el color de la Vera-Cruz siempre sea el verde.

Para finalizar con el color verde, hay que mencionar a la hiedra o yedra (o simplemente enredadera). La yedra es una planta (como muchas otras) que tiene un simbolismo para los cristianos, ya que la
Cristo de la Yedra de Écija. Vemos
enredarse a la Cruz dicha planta.
Foto: Turismo de Écija.
Yedra hace alusión al Árbol de la Vida en cuanto a que es una planta que siempre muestra color verde (de ahí que se pueda decir que sea la planta simbólica de la Vera-Cruz), y como planta siempre verde también alude a la Vida Eterna, a la Resurrección, de ahí que la planta de la Yedra la encontremos como detalle en algunos bordados e incluso acompañando el exorno floral de algunos pasos. La devoción a Cristo bajo la advocación de la Yedra la encontramos en lugares como Baeza, Jerez, o sin tener que irse muy lejos en la vecina Écija, Hermandad que rinde culto a un interesante Crucificado creo recordar que de la Escuela de Juan de Mesa, a cuya Cruz vemos enroscarse esta planta, y el color corporativo de esta cofradía es, cuál si no, el verde, por doble motivo porque su titular es la Virgen de la Esperanza.

El apunte musical: el verde es el color representativo de la mayor parte de Bandas y Agrupaciones que se llamen de la Vera-Cruz, Cristo de la Vera-Cruz, Santa Vera-Cruz, Santa Cruz, etc... Es así en los casos de: Campillos (Málaga), Brenes (Sevilla), La Puebla de Cazalla (Sevilla), Palencia, Osuna (Sevilla), la extinta de Albaida del Aljarafe (Sevilla), Benamejí
Agrupaciones de la Vera+Cruz de Campillos (izda.) y de los
Afligidos de Puente Genil (dcha.), ambas con el verde como
color representativo.
Fotos: webs de la respectiva banda.
(Córdoba), Almogía (Málaga, ésta incluso usa el nombre popular de “la banda verde”), las bandas de “los Verdes” de Alhaurín el Grande (Málaga) también llamada Asociación Musical “La Pepa” que se compone de Banda de Música, Banda de Cornetas y Escuadra de Gastadores, Salteras, etc…
También es así incluso en bandas que no usan ese nombre pero pertenecen a Hermandades bajo dicha advocación: la Agrupación Musical de los Afligidos de Puente Genil (Córdoba) usa el verde como color pues pertenece a la Hermandad de la Santa Cruz.
Hay excepciones pero, como dijimos todas tienen explicación (o casi todas). Por decir las más conocidas, la Banda de la Vera-Cruz de Utrera usa el rojo porque la Hermandad de la Vera-Cruz se fusionó (entre otras) con una Hermandad de la Columna (Columna=advocación Sangre=rojo) siendo a este paso de Jesús de la Columna el que acompaña la banda, y otra de la provincia de Sevilla, la de Los Palacios, usa el morado porque aunque banda de la Hermandad de la Vera-Cruz al que acompañan dentro de esta Hermandad es a un Cautivo.
En relación a la Yedra, la famosa Agrupación de la Sentencia de Jerez (que pertenecía antes a la Hermandad de la Yedra) usa también el color verde (como vemos en su banderín con el detalle de los bordados con hojas de yedra).
Vista frontal y detalles de la parte trasera del banderín de la AM Sentencia
de Jerez de la Frontera. Observamos el color verde y los bordados
con el motivo vegetal de la Hiedra.
Foto: La Trabajadera.

¿A qué suena el Domingo de Resurrección?

El Domingo de Resurrección suena a alegría. Suena a campanas anunciando la buena nueva: "No está aquí, ha resucitado".
Es un día que sonó a completo en aquella madrugada de Domingo del año 1996 cuando el crujir de las puertas de Santo Domingo completó una Semana que antes acababa el Viernes Santo. Sonó a Resucitó de las trompetas de una banda vieja, sonó a Córdoba desde unas plumas blancas que luego se volvieron música trianera, y hoy suena a Cornetas, a izquierdo y costal.
Suena a una Aurora de Resurrección que despierta a la ciudad para animarla a buscar a Cristo vivo, a los cantos de los pájaros en la amanecida y a las voces de las Hermanas de la Cruz. Y cuando el sol brilla sobre la piedra medieval de Santa Marina, suena el Domingo a Amarguras cerrando el círculo.
Y es que suena el Domingo de Resurrección a despedida, a esa despedida agridulce de lo vivido. Suena a la nostalgia que nos invade cuando vemos vídeos de estos días, escuchamos el desmontar de palcos y vallas o el mismo chirriar de los coches cuando pasan sobre los ríos de cera derramados.
Suena a un adiós pero esperanzador, a un "Hasta el año que viene", a un nuevo pasar de las hojas del calendario. Suena a abrazos y a felicitaciones, unas quizás no sean de verdad, pero otras son las más sinceras.
Pero, para quien les escribe, también sonó a la despedida más triste. Sonó a corneta que se apagaba y a Nazareno del Cielo con un nudo en la garganta. Sonó al trago más amargo que un músico pueda vivir y que nos tocó sufrir por segunda vez. Suena a la memoria de unos amigos y a un hasta que nos veamos en el Cielo más que a un hasta siempre.

¿Que a qué suena el Domingo de Resurrección? Suena a promesas, suena a cofrade y hermano, que aun siendo lo mismo a veces pueda ser diferente, y suena a lo que es: a la Gloria.

11 de abril de 2020

¿A qué suena el Sábado Santo?

El Sábado Santo suena a calma. Suena a remanso tras unos días álgidos de emociones y a una normalidad que intenta volver a tomar asiento aunque no queramos.
Día que suena a tarde de Sol y a Trinidad salesiana, a Dolor servita y a Duelo desconsolado, suena a Santo Sudario cobijando el cuerpo del Salvador, a la cruel estampa de su cuerpo inerte, al Cordero de Dios sacrificado por los pecados del Mundo expuesto en urna de cristal y madera. Suena al Triunfo de la Santa Cruz y a una muerte vencida por la muerte, a un final que no lo será porque preludia una Eternidad que llegará con la Aurora.
Y suena a los goznes de San Lorenzo, a unas puertas que se cierran culminando los días de Pasión. Suena a Soledad, a una devoción antigua, tan antigua que en algunos lugares no haría justicia ser sacada de la memoria para hacer una Cofradía más. La Soledad no merece eso, nuestra historia no merece eso.

Es el Sábado Santo, y suena a espera: espera a que llegue el Día en mayúsculas para nosotros los cristianos. Y, este año más que nunca, a una espera de casi un año para que nuestra Pasión vuelva a latir por las calles.

10 de abril de 2020

Pasando (de) la cuarentena: los colores de la Semana Santa. Hoy: el VERDE (parte 2ª)

LOS COLORES DE LA SEMANA SANTA. EL VERDE (parte 2ª):

Terminaba el otro día preguntando sobre el origen de la devoción a la Virgen de la Esperanza en Sevilla y qué tenía que ver con la Salud. Pues bien, la primera Esperanza de Sevilla no fue ninguna de sus dos “ilustrísimas” y conocidas de hoy, ni Triana ni Macarena.
En la calle Correduría de Sevilla (y tal y como se puede ver en un azulejo conmemorativo) se funda en 1249 poco después de la reconquista de la ciudad por Fernando III un Hospital. Dicho hospital se puso bajo la advocación de la Expectación o de la O y pronto en él se comenzaría a venerar a una imagen de la Virgen bajo dicha advocación, o lo que es lo mismo, la Esperanza.

Fíjense el dato: hablamos de hacia el siglo XIII, no siendo hasta 1560 que se funda la primera Cofradía penitencial a esta advocación (la O de Triana) siendo la Macarena de 1595, y la de Triana que curiosamente no se fundó como Penitencia sino como Gloria en 1418, solo que se reconvirtió tras su fusión con las Tres Caídas en 1616.
Bien, a esta Esperanza del, desde hace siglos, desaparecido Hospital de la O los enfermos del Hospital le atribuyeron cualidades milagrosas (especialmente, por motivos obvios acudían a ella las mujeres que estaban cercanas al parto) y pronto sería conocida con el sobrenombre de Divina Enfermera, fundándose en 1445 una Hermandad gremial alrededor de su imagen, Cofradía que tras varias refundaciones desde 1986 permanece fusionada con la Lanzada, Hermandad que sigue procesionando a esta advocación de Nuestra Señora de la Esperanza Divina Enfermera, Virgen que, obviamente, suele vestir manto color verde.

Ya que hablamos de Hospitales, y posiblemente guarde cierta relación, el verde es también el color de la Salud. Ya dijimos, y volvemos a repetir aquí, que el verde era sinónimo de vida porque el campo verde era sinónimo de prosperidad y buenas cosechas. Pues bien, se ha de suponer que el campo verde claramente es un campo sano a diferencia del color que pudiera tener un campo enfermo, seco.
El verdor adquiere así connotación de Salud, entroncando de esta forma con su significado de vida y también de esperanza (dato curioso: la antigua titular de la Cofradía de las Tres Caídas de Triana era Nuestra Señora de la Salud, es decir, se pasó de Salud a Esperanza, de verde a verde).
Por alguna razón este simbolismo del verde como color de la Salud es bastante desconocido entre los cofrades, y es extraño porque siempre hemos tenido ese significado delante de nuestras narices, porque si se os dijera pensar en un hospital, en la camilla de un quirófano, en un cirujano o enfermero, ¿de qué color lo pondríais? Obviamente ahora ha perdido ese simbolismo y se usan determinados colores por cuestiones prácticas, pero recordamos del pasado episodio que el símbolo de la salud era la serpiente verde de Asclepio/Esculapio y que se "cristianiza" en la cruz verde.
Como decimos, esa relación Salud-verde pasa por alto muchas veces, basta fijarse en Hermandades y titulares bajo esta advocación, algunos muy populares, y como en no muchos está presente el verde: la Virgen de la Salud de San Gonzalo de Sevilla viste de blanco y su homónima de Córdoba de rojo, el Señor de la Salud titular de los Gitanos al ser un nazareno viste obviamente de morado pero es que el verde no aparece ni siquiera en el hábito penitencial de sus nazarenos, igual que sucede con los
La Virgen de la Salud de
La Rinconada.
Foto: blog Hermanos de las Aguas
nazarenos de las Hermandades de San Esteban (Salud y Buen Viaje), San Bernardo (Cristo de la Salud) o la Candelaria (Nazareno de la Salud).
No obstante, ya que la menciono, en la Candelaria aunque sea el Cristo y no su Virgen titular quien tenga la advocación de Salud, el color del palio de esta Hermandad es una especie de verde/azulado o turquesa, si bien es más probable que se deba a motivos estéticos que simbólicos.
Pero aunque no tan conocidos, sí hay bastantes ejemplos cofrades de la Salud ligados con el verde: la Virgen de la Salud de San Isidoro de Sevilla (Gloria) tiene un manto verde agua, el verde es por ejemplo también el color representativo y de los nazarenos de las Cofradías del Cristo de la Salud de, por ejemplo, Alcalá la Real (Jaén) o La Campana (Sevilla), igual que de los nazarenos de la Hermandad de la Salud de La Rinconada cuya titular, la Virgen de la Salud, luce bajo palio en el que predomina este color, o “doblemente” verde por sus advocaciones es el palio de la Virgen de Salud y Esperanza de la Clemencia de Jerez de Jerez de la Frontera.
Cristo de la Salud de La Campana (Sevilla) y sus nazarenos
Foto: web Ayuntamiento de La Campana

Para terminar esta segunda parte, otro significado que reseñamos del verde es el de juventud. El verde es lo lozano, lo fresco, vigoroso, la vida y la alegría. Qué hay que responda más a esas
San Juan Evangelista según El Greco
Foto: Wikipedia
características (o se supone que deba responder a esas características, porque hoy en día…) que la juventud.
Y en el ámbito cofrade el patrón de la juventud es San Juan Evangelista, imagen a la que la iconografía otorga 2 colores fundamentales: el verde, como símbolo de juventud y normalmente usado en la túnica, y el rojo como símbolo de amor a Cristo, pues era el discípulo amado. Cualquier imagen de San Juan Evangelista la podemos encontrar vestida con estos colores (ponemos este ejemplo de El Greco por no decidir por uno en concreto).
Como color de la juventud, no es tan frecuente, pero sí es posible verse como color de las insignias de los Grupos Jóvenes de algunas Hermandades, caso del banderín del Grupo Joven del Rocío de Huelva o de este de otra rociera como es la de Puente Genil en este curioso color verde manzana.

Juventud es también enseñanza, es el momento de la vida en el que aprendemos (o se supone que deberíamos aprender) y maduramos, de hecho cuando queremos describir alguien que no está todavía muy versado en algo decimos que “está muy verde”. En los Evangelios por ejemplo hay referencias al verde en algunos pasajes cuando Jesús enseña. Es por eso que el verde es color también de la enseñanza, y la enseñanza divina pues tiene mucho que ver con los Profetas y los Evangelistas, siendo el verde un color también muy usado en sus representaciones (el mismo San Juan nos vale también de ejemplo).
Banderín del Grupo Joven de la Hdad. del Rocio de Puente Genil
Foto: Pontaneando

El apunte musical: curiosamente, de las más conocidas bandas de la Salud, ninguna de ellas viste ni lleva ningún detalle verde, ni la Salud de los Gitanos (banderín y detalles morado), ni la Salud de Córdoba (banderín y mantolines blancos), ni la antigua Salud de Huelva (uniforme azul), ni la Salud de Alcalá la Real (detalles rojos), ni la extinta Salud de Utrera,...
Sí es muy frecuente el verde en bandas de San Juan Evangelista: Huelma (Sanjuaneros), El Bonillo, Guardamar, Puertollano, Calasparra, etc.

Fíjense en que la enseñanza de los Profetas y Evangelistas a través de sus textos es la que a los cristianos nos dan la esperanza de la venida de Cristo, de la salvación y la Vida Eterna. Como dije, todos los significados del verde son diferentes pero entroncan entre sí.
Hablando de vida, dicho todo esto ¿cuál será el color del Árbol de la Vida? ¿Y para los cristianos cuál es ese árbol de la vida? Pues ese será el último significado del verde que analicemos, pero ya en la 3ª parte.

¿A qué suena el Viernes Santo?

El Viernes Santo suena a duelo y tristeza. Suena a viento agitando los naranjos en una tarde plomiza de primavera, suena a llanto y a lágrimas.
Es la tarde que suena a una Expiración gitana, a leyendas antiguas y a lamentos de alfarería. Suena al último aliento inmortalizado en madera. Suena a tiempo congelado en la expresión más pura del Barroco.
Suena a negro ruán y esparto, a cera tiniebla cayendo sobre los adoquines
Suena al Dolor de una madre que en Soledad acompaña al hijo muerto. Suena a campana con fúnebre tañir, a un Santo Sepulcro a las 7 de la tarde que hoy en silencio transita por las calles.
Suena, Dolores, a ese tu Viernes en que dos barrios de sabor popular muestran con claveles blancos el amor a su Virgen. Suena a noche de septiembre por el  Barrio de la Soledad que se engalanara aquel día para recibirte.
Es otro día con acordes de recuerdo, de Plaza de "los Valencianos" con notas desde Jaén que sonaban a Nuestro Padre de Jesús de Cebrián, mientras se escuchaba la voz de ese capataz de aires ecijanos que mandaba un paso girarse para mirarse dos madres frente a frente, cada una cargando su Cruz y su pena, pero ambas ejemplo de coraje y amor.
Y en la infancia, sonaba el Viernes Santo a un adiós, a una Semana Santa que terminaba cuando se cerraban las puertas de San Francisco, a cornetas antiguas rindiendo honores al Yacente.

Suena el Viernes Santo y lo hace a despedida y a una muerte que nunca será el final.


9 de abril de 2020

¿A qué suena la Madrugá?

La Madrugá suena a noche mágica y a emociones. Suena a ciudad que no duerme, al frescor de las noches de primavera y al aroma del azahar.
La Madrugá suena a aldabonazo y 5 campanadas, suena a tradición e historia aunque haya quienes quieran venderla. Suena a calles vacías de incomprensión.
Suena a esa primera noche de juventud que tus padres te dejaban pasar fuera, a risas con los amigos esperando y a bostezos cuando el sueño comenzaba a ganar el pulso a unos cuerpos, al principio desentrenados. Y suena a churros con chocolate reconfortando en la amanecida de un Viernes Santo.
La Madrugá suena a negro y a saetas, a Saetas del Silencio para el Nazareno que abraza la Cruz, al Gran Poder del sevillano más universal que naciera hace 400 años de sangre cordobesa, a Cristo presentado en la Cruz del Calvario, pero también la Madrugá suena a bulla y capa, suena a tambores de guerra de unos centuriones cuyas plumas mece el viento cuando pasan bajo el arco, a cornetas marineras de blanca pureza cuando el aire cruza el Guadalquivir busando un viejo arrabal y suena a compases gitanos que mecen al compás a la Salud del mundo.
Es la noche que, más que nunca, suena a Esperanza, a una Macarena que por unos momentos deja su ocupada casa para unirse con su pueblo y a una Trianera que siempre nos recuerda que caer no es motivo para rendirse, porque aunque se caiga Tres veces, siempre vendrá la Esperanza.
Pero si para mí la Madrugá tiene un sonido, siempre será el de una Saeta inmortal que dejara Machado y Serrat pusiera música. Suena a quejío, bulerías y soleá. Suena al caminar de un pueblo errante, como la propia historia de su Hermandad, perseguido e injustamente tratado. A ese pueblo que como el Señor de la Salud ha cargado con la Cruz de las injusticias y las injurias, del que tantas madres han padecido el dolor como su Madre, de un Valle de Angustias al que el Alba siempre pone luz.

¿A qué suena la Madrugá? Imposible describirlo con palabras. Es solo la Madrugá, la noche más larga y más corta al mismo tiempo. Y que duro se hace no vivirla este año.

Expiración, la muerte del silencio

Hoy, Jueves Santo de 2020, el maldito virus que nos ha sumido en esta situación ha postergado la consumación de un hecho que no por esperado deja de ser negativo.

Porque siempre es triste y un claro síntoma de que la Semana Santa sí vive en cierta decadencia enmascarada, que una Hermandad, igual que una banda o incluso localidades enteras, renuncien a una personalidad y a una filosofía propias condenados por el ostracismo al que nos está sometiendo esta moda globalizada cofrade que impone un modelo sevillano-trianero de corneta y costal, de Mi Amargura, paso de misterio e izquierdo, como el único modelo válido.

Y es que, salvo si se es Sevilla o una localidad con una tradición cofrade realmente arraigada, la singularidad, el ser diferente, especialmente si se trata de intentar ser una cofradía de corte serio y silencio, está penado y la condena es dura sea cual sea la vía que se tome: o morir o plegarse a las exigencias de la masa y ser una más sacrificando tu identidad, que al fin y al cabo es lo mismo en ambos casos, dejar de existir.

Esta noche, para una Hermandad de mi pueblo, la Real e Ilustre Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración, María Santísima de los Dolores, Santa María Magdalena y San Juan Evangelista, Hermandad de más de un cuarto de milenio de historia, iba a ser la noche en la que sus hermanos iban a sucumbir a esa presión soportada durante décadas hasta el punto de ser insostenible, faltándole año a año costaleros suficientes para sacar sus dos pasos porque, así sin filtro dicen los sacapasistas del pueblo, "es aburrido". Es aburrido, dicen, un paso con música de capilla (los mismos que seguro luego en la noche cogían el coche para ver al Silencio en Sevilla). Es aburrido, hablan, un paso de Virgen sin palio y con música "fúnebre" (entrecomillo porque el repertorio de fúnebre tenía no mucho porque tenían que hacer concesiones a la galería para intentar mantener costaleros). Y la gente del pueblo yéndose fuera porque es una procesión "aburrida" y es mejor ver los legionarios en Córdoba o Málaga y diciendo barbaridades como que no les gusta la imagen del Cristo porque es "raro". Para eso son costaleros y cofrades, ese es el sentido de la Semana Santa: divertirse, un hobbie sacro, un espectáculo circense y una belleza sin contenido.

Cierto es que la Hermandad no es la mejor de mundo (contando que ésto tampoco es una competición, es solo una forma de hablar). Cierto es que también habrán cometido errores y que, entre que la Hermandad tampoco es poderosa económicamente y en parte también ha sido un poco cerrada a cambios, tampoco tienen mucho margen de acción. Pero no por ello hay que hacer como en esta muy cainita Palma que, como su madre Córdoba, le gusta derribar lo de dentro, y carga culpas de la situación íntegramente sobre la Hermandad cuando, claramente, la gente no se acerca a ella por lo que no se acerca que no es sino lo dicho anteriormente.
Y por ello para nada estoy de acuerdo con las voces que pontifican que la única solución para salvar el futuro de la Hermandad pase por, entre otras cosas, meterle una Banda de Cornetas detrás haciendo un único paso (por no hablar de los que, directamente sin pudor, piden una sustitución de la imagen titular).

No seré yo, por supuesto, quien tenga que enmendar la plana a nadie y menos a los hermanos de la Hermandad que son quienes tienen la última y única palabra en esta situación. Pero siendo sincero yo hubiera optado por otra solución, otros cambios que, aunque también bastante significativos, no hubieran sacrificado el estilo de la Hermandad en la calle, a saber:
-Sí a lo de unificar a todos los titulares en un único paso de misterio, un Calvario.
-También cambiar, poco a poco y acorde a las posibilidades de la Hermandad, el paso procesional. Uno de líneas sobrias, en colores oscuros sería perfecto.
-No al cambio musical. Mantener la capilla en Cruz de Guía invitando al silencio y Banda de Música con repertorio acorde tras el Calvario (La Sagrada Lanzada, Marcha fúnebre a la Quinta Angustia, El Cachorro, La Vía Sacra, Jesús de las Penas, etc.).
-Y sí hacer un cambio más profundo a los nazarenos: cambiar el uniforme penitencial acorde a una cofradía de las características (el actual que mezcla la capa y los colores "nacionales" con un intento de seguir las formas de las de "negro" es un tanto chocante). Ese cortejo de nazarenos con túnicas de cola, ya no de negro, incluso manteniendo un rojo burdeos más oscuro, impondría más.

Pero todo esto solo son divagaciones, ilusiones porque un camino así sería más largo y difícil que el atajo de dar a la gente lo que quiere.
Como decía al principio, esta situación ha aplazado el cambio pero no evita lo inevitable: para 2021 ya se habla en los mentideros cofrades del hecho de que la Hermandad cambiará su estilo musical a Cornetas y Tambores.
Los costaleros, entonces, a lo mejor estarán garantizados. Pero será la muerte de una forma de hacer cofradía distinta al menos aquí, a la que solo queda, si acaso, un Vía Crucis a cuyo formato el propio Consejo ha sacado competencia.
De nada sirve imitar a las ciudades si la Semana Santa queda carente de su sentido, vacía.
Es la muerte del silencio. Y el principio de la agonía de una Semana cada vez menos Santa.

¿A qué suena el Jueves Santo?

El Jueves Santo suena a silencio, orden y devoción. Suena a preludio de una noche infinita que dura un suspiro.
El Jueves Santo suena a Eucaristía y a Última Cena, suena a Cuerpo y Sangre y a Eterna Alianza.
Es el día que suena a cornetas de Cielo y a música celestial de más de 100 ángeles de fama, de esa música que nos recuerda que tras cada azote siempre hay una Victoria.
Y el día que suena a la elegancia decimonónica cuando una mujer piadosa limpia el rostro del Señor cargando con la Cruz, la suya y la nuestra de un espinoso Valle de lágrimas en que a veces se convierte la vida.
Son esas Noches de Jueves Santo que suenan a Nazareno de un pueblo y sus gentes y a aquella otra noche de febrero en que una banda hizo realidad un sueño y una familia me dio el mejor regalo que nunca haya recibido desde que estoy en la música cofrade.
Y, finalmente, el Jueves Santo suena a música del pasado, a esa que ya no volverá a sonar más pero quedará en la memoria mía pero también de unos hermanos que en su lucha por sobrevivir acosados por las modas tienen que sacrificar su forma de entender la Pasión. Suena a lejano viento-madera acompañando el Dolor en el Calvario junto a Cristo expirante. Suena a la música del silencio.

¿A qué suena el Jueves Santo? Suena a gratitud, eterna gratitud. Y a diferente, porque no todo en la vida son pitos tras misterios dando izquierdos.

8 de abril de 2020

¿A qué suena el Miércoles Santo?

El Miércoles Santo suena a melancolía. Suena a tiempo que se ha ido y tiempo que queda, al ecuador de una Semana Santa que ya prepara sus jornadas más importantes y encara su despedida.
¿Suena a Cornetas? ¿Suena a Agrupación? Suene a lo que suene el Miércoles Santo suena a Salud, a esa que ahora tanto pedimos más que nunca, a la salud Inmaculada que viene desde las huertas. Suena a la buena labor de las gentes de los pagos, de sus hortelanos, que han hecho del Miércoles Santo una jornada especial. Y aunque sea Miércoles suena a la algarabía de un preludio de Domingo de Pasión en la esquina de la Alegría, y siendo abril, el Miércoles Santo suena también a recuerdos de un día de septiembre.
En mis recuerdos, es una jornada que suena a una humilde banda de Jaén y a la entrañable estampa de su director al frente, suena a Hermanos Costaleros por los Valencianos o Rocío de Vidriet en la noche cuando el azul palio de la Concepción se despedía de su pueblo.
Y en los recuerdos de otros tantos seguro que suena a boinas por el Puente, a Salud de San Bernardo y sones inconfundibles desde Arahal para el Crucificado. Y es que cada uno busca su propio Refugio en la memoria donde encontrar Consuelo a nuestra propia Sed.

¿Que a qué suena el Miércoles Santo? Suena a nostalgia, a días que se fueron pero que esperamos que vuelvan.

7 de abril de 2020

Pasando (de) la cuarentena: los colores de la Semana Santa. Hoy: el VERDE (parte 1ª)

LOS COLORES DE LA SEMANA SANTA. EL VERDE (parte 1ª):

Paso a escribir ahora sobre un color cargado de muchos significados y que, por ello, me ocupará más de una entrada para entrar a todos y cada uno de ellos de la mejor forma posible.
Hablamos del color VERDE, para mi gusto, de lo que he ido “investigando” el más bonito de todos los colores por ello, por la simbología que tiene, siendo además la mayoría de sus significados muy hermosos, y todos, aunque diferentes, tienen su correlación entre sí.

El verde es un color primario de luz, aunque en técnicas de artes plásticas es un color secundario que se extrae de la mezcla del amarillo y el azul. Es por esta mezcla que el verde es un color frío pero matizado digamos, no tan frío. La palabra verde deriva del latín viridis que significa vigoroso, vivo, joven, palabra que a su vez puede que derive de la raíz de alguna palabra de alguna antigua lengua nórdica que significa brote.
Psicológicamente, el verde es un color muy positivo, evoca tranquilidad y armonía (también por ese equilibrio frío-cálido) y es el que tendemos a relacionar con la vida y la salud. El verde es, de hecho,
El dios egipcio Osiris (izda) y el símbolo de las farmacias que
representa la serpiente de Asclepio/Esculapio, ambos representados
en color verde.
el color que asociamos con la naturaleza. Siempre que imaginamos un paisaje con vegetación, una plantación, siempre la imaginamos verde, siendo así que el verde se acabe relacionando así con la vida pues naturaleza=vida: el campo verde está vivo, es fértil, está sano. Especialmente el campo en primavera, siendo la primavera sinónimo de renovación... Y alegría, la primavera también es alegría.
Y es que como desde sus orígenes la vida del ser humano ha estado ligada a la naturaleza (aunque hoy día la reventemos y destruyamos de todas las formas posibles, destruyéndonos también a nosotros mismos), puesto que el hombre para vivir ha necesitado de la fertilidad de la tierra, de la productividad de sus cosechas, de la buena salud de sus cultivos para subsistir, el verde es sinónimo de vida desde muy antiguo. En nuestra cultura mediterránea, por ejemplo, el verde ya mencionamos que es el color de la primavera, y así era ya color de vida en el Antiguo Egipto en el que el Dios Osiris, relacionado con el ciclo de la vida y la muerte, era representado de verde. También en las culturas clásicas, en Grecia por ejemplo la serpiente de Asclepio o Esculapio, dios de la medicina, era verde (de ahí el símbolo tradicional de las farmacias o también la cruz verde), y en Roma el equinoccio de primavera, es decir, el renacer, la renovación se celebraba en honor a Cibeles (sí, como la fuente donde el Madrid celebra las copas) que vendría a ser como una diosa de la Madre Tierra, es decir, de la naturaleza. No hay que decir lo “alegres” que eran estas fiestas romanas, lo que predominaba en ellas, ¿no? No lo diremos, que puede haber menores leyendo.
Por cierto, ¿qué celebración conocemos que es en la primera luna llena tras el equinoccio de primavera? Exacto, la Semana Santa, la Pasión, Muerte y, ojo, Resurrección. El verde es la primavera y la primavera es la vida, luego el verde es el color de la vida.

El cristianismo, como religión que surge y se expande en todo el arco Mediterráneo no es, pues, ajeno a este simbolismo del color verde. Ya en el Antiguo Testamento el verde aparece relacionado también
con el crecimiento y la vida (cosechas) y de ahí derivarán los significados que el verde tiene en el cristiano: el verde es la esperanza de la vida, es la renovación y es el vigor, la juventud, el siempre verde es la Vida Eterna.
En el catolicismo el verde, de hecho, es también un color litúrgico, y podríamos decir que muy importante pues es el color litúrgico del tiempo ordinario (es decir, de todos esos días que no tienen una solemnidad señalada) y tal vez lo sea por lo arriba dicho: la Iglesia se viste de verde en gran parte de sus días porque espera, tiene la Esperanza en la venida de Cristo, en la Resurrección, en la Vida Eterna, y por eso el cristiano “se viste” de verde, porque se siente siempre joven y alegre en esa espera.

Decir verde en Semana Santa es decir claramente un nombre, una advocación: Esperanza. La Esperanza es una de las Tres Virtudes Teologales (las otras dos son Fe y Caridad) y como se suele expresar, “la Esperanza es el ancla que nos mantiene agarrados a la Fe” (por eso el ancla es también
Las dos "Esperanzas" de Sevilla
Foto: ABC
uno de sus símbolos). Ya hemos dicho que el verde simboliza esperanza porque el verde de la naturaleza nos da esperanza de vida, de igual forma que Cristo nos da la Esperanza de la Resurrección, de la Vida Eterna. Cristo, además, nace de María, por eso María es de donde nace nuestra Esperanza, la Virgen es nuestra Esperanza. De ahí que la advocación de Esperanza la veamos más veces ligada a María Santísima, y de ahí que el verde esté más presente con Ella.
Qué remedio sino poner de ejemplo a las dos “Esperanzas” más universales, Esperanza Macarena y Esperanza de Triana: sus nazarenos visten de verde y llevan cera verde, en sus salidas visten manto verde,…curiosamente sus palios no, pues son burdeos y de malla respectivamente. Pero cualquier Esperanza nos sirve también en ese sentido: las de la Trinidad o la de Gracia y Esperanza de San Roque ambas también de Sevilla, la de Málaga, las de Córdoba (tanto la mal llamada “Gitana” como la Esperanza del Valle de la Cena, incluso la Paz y Esperanza combina el verde con el blanco que ya mencionamos antes), Huelva, Cádiz, etc…

La festividad de Nuestra Señora de la Esperanza sabemos que se celebra el 18 de diciembre. Esto no es casualidad pues el 18 de diciembre son días previos a la Navidad, es decir, es la Expectación del Parto o la Dulce Espera (la Virgen está en estado de “buena esperanza” que se suele decir de las
embarazadas, ¿no? Todo concuerda), y hay otras dos advocaciones relacionadas que podemos ver en nuestra Semana Santa y que, por tanto, el verde es también su color: la O y el Sol.

De la O (advocación que como curiosidad proviene de la exclamación “Oh” que inicia una de las antífonas de Adviento, no es coña) curiosamente ninguna de las dos más famosas Vírgenes de la O, ni la de Sevilla ni la de los Gitanos Málaga, usa el color verde, si bien sí se ve en algunas Glorias con este nombre. Sí vemos en Semana Santa el verde ligado con la advocación del Sol, concretamente en la homónima cofradía del Barrio del Plantinar de Sevilla, cofradía cuyos nazarenos visten túnica de cola de ruán pero verde y su titular, la Virgen del Sol, luce estos colores.

Para terminar esta primera parte, aunque como decimos el verde es un color que vemos más vistiendo
imágenes de la Virgen, sí hay casos, aunque pocos, de imágenes de Cristo bajo la advocación de la Esperanza que visten este color, caso de Jesús de la Esperanza de la sevillana Hermandad de la Milagrosa que representa el paso por el Puente del Cedrón.
Jesús de la Esperanza de la Hdad. de la Milagrosa de Sevilla
vistiendo túnica verde
Foto: La Hornacina

El apunte musical: muchas marchas dedicadas a Esperanzas encontramos con el color verde en sus nombres como Verde Esperanza o Tras tu verde manto. Pero aparte de eso, el verde es el color

Dos Bandas de la Esperanza, la de CCTT del Paso y Esperanza
de Málaga y la BM de la Esperanza de Córdoba
Fotos: respectivas webs de las bandas.
“corporativo” de las bandas y agrupaciones de estas advocaciones: por ejemplo la Banda (de Cornetas) de Paso y Esperanza de Málaga porta banderín en terciopelo de un elegante verde petróleo, color también de su mantolines y su batería (combinando con el fajín rojo, color de la Pasión en referencia al Nazareno del Paso), igual la Banda de Música de la Esperanza de Córdoba que añade además corbatas verdes en su uniforme (y hasta las carpetas de las partituras, todo al detalle).
Si bien hay bandas que no se quedan en detalles de la uniformidad y/o banderín y el verde lo llevan más allá, hasta vestirlo: caso de la Banda (ahora de Música) de Paso y Esperanza de Málaga que viste chaqueta verde, o caso también de las Banda de Cornetas de la Esperanza de Valladolid o la Elevación de Campo de Criptana (la Virgen de la Esperanza es cotitular de esta cofradía manchega), con uniformes completos en verde, similar al que vestía antiguamente la Banda de una de las Esperanzas de Sevilla, la Centuria Macarena (el anterior uniforme de diario antes de estrenarse el actual que sigue llevando, igualmente, detalles en verde).
Curiosamente la Banda de la otra Esperanza de Sevilla, las Tres Caídas de Triana, no luce nada de verde en sus uniformes (algunos, los menos, sí lo lleva en el mantolín). Tiene explicación sencilla: el
Banda de la Elevación de Campo de Criptana,
observamos un uniforme completamente verde.
No todos los uniformes van a ser en negro o azul marino.
Foto: Mancha Información
de gala se inspira completamente en el de la marina española (la Hermandad de las Tres Caídas, que se fusiona después con la Esperanza, era del gremio de los marineros del puerto de Triana), y el de la Madrugá es blanco también marinero con fajín morado porque el morado es el color de los penitentes del Santísimo Cristo de las Tres Caídas, no el verde (que es del tramo de la Señora), y como la banda son “penitentes” del Cristo llevan ese color y no el otro.

Por cierto, ¿saben cómo surge la devoción a la Virgen de la Esperanza en Sevilla y qué relación tiene con la Salud? Pues mañana (u otro día) lo cuento en la parte 2, que queda mucho.

¿A qué suena el Martes Santo?

El Martes Santo suena a Oración y al bamboleo de las ramas de un olivo que cobija la Agonía del Redentor en Getsemaní. Tiene humildes sones franciscanos aunque es una jornada grande.
El Martes Santo en Córdoba suena a silencio Universitario; suena a azotes que duelen, a los que hirieron el cuerpo del Salvador que pende malherido en la cruz como recuerdo de la magnitud de su sacrificio. Y suena a las oraciones calladas de los estudiantes que alguna vez a Él y a su Madre acudimos buscando algo más que un aprobado en tiempos difíciles.
Suena también Córdoba a Salud, a cornetas valientes que vienen del Barrio del Naranjo para acompañar a su Cristo en su regreso desde el corazón de la ciudad, suena a Amaneceres y a Fragancias de sueños que ya no podrán cumplirse. Suena a amistad y compañerismo de músicos que siempre me acogieron como uno más.
Y para quien les escribe, el Martes Santo en Córdoba además suena a un Cuarto Dolor por San Andrés, de sones de una promesa escrita que ya enmudecieron y quedaron en la memoria.
Suena esta jornada también a un despertar a sones de Virgen del Valle tras un verde palio en la oscuridad de la calle Cigüela de unos tiempos pasados que, en cuanto a repertorio, siempre fueron mejores. Suena a Señor de San Román y a sones atrevidos desde Marchena en los 90 tras el Cautivo y a Virgen de la Hiniesta en aquel año cuando el Martes Santo dejó de sonar a chirriar de ruedas para sonar a sudor y esfuerzo costalero.
Y suena a esquina de calle Castelar esperando toda la familia junto a mi abuela ver pasar al Cristo de sus amores.

Suena a tantos recuerdos y a tanto vivido y por vivir que si me preguntas a qué suena el Martes Santo, suena a vida, a mi propia vida.

6 de abril de 2020

¿A qué suena el Lunes Santo?

El Lunes Santo suena a contraste y a contradicciones, a barrio y a centro, a negro y a capa. Suena a silencio y a cornetas, a Jesús de las Penas pero también, qué le vamos a hacer, a Aires de Triana.
Es el día que para mí más suena a penitencia, a campana llamando a seguir a Cristo por el cauce de sus Aguas rememorando la Vía Sacra. Suena entonces a Perdona a tu pueblo y ¡Oh, pecador!.
El Lunes Santo me suena también a tinieblas y nubes de inciensos, a Ánimas Benditas, a canto gregoriano, Miserere y Stabat Mater por las oscuras calles cordobesas.
Suena también a Agrupaciones valientes, a sones que vienen de barrios lejanos que suenan a Gloria, como la que acompaña al Redentor por las calles de su Huerta o la que desde el pasado año acompaña con Pasión y Música a ese Cautivo que nunca camina solo.
Y en este día de contrastes, mi Lunes Santo suena a descanso pero cansado, suena a recuerdo y a presente y es el que más me suena a Semana Santa porque es el día que uno puede volver a vivirla desde fuera disfrutando con cada uno de sus sentidos antes de volver a uniformarse.

¿A qué suena el Lunes Santo? Suena a Semana Santa, en su más pura expresión, sin más.

5 de abril de 2020

¿A qué suena el Domingo de Ramos?

El Domingo de Ramos suena a nuevo y a estreno. Suena al dorado de las palmas crujiendo al viento.
El Domingo de Ramos suena a chiquillos jugando en el patio de un colegio, a ilusión y a sonrisas.
Suena a una madre preocupada preguntando "¿Estás bien? ¿Estás cansado? ¿Quieres agua? ¿Quieres chuches?" y a una cabezota negativa de un niño que se envalentona y quiere terminar el recorrido como los grandes.
Es ese día que despierta con el canto de los pájaros y a ajetreo, que suena a bulla impaciente que viene esperando casi un año.
Mi Domingo de Ramos suena a recuerdos y nostalgia. A Alma de Dios sonando con esa lira que tocaba nuestro añorado Miguel en la mañana cuando la Borriquita alcanza la Glorieta del Parque. Suena a marcha clásica de Agrupación, a Rodríguez Ruíz y a Mena Hervás. Incluso suena a lluvia y lágrimas acompasadas a aquella amarga interpretación de Bendición en aquel año 2003, pero también a alegría y luz con los acordes de Farfán y La Estrella Sublime.
Mi Domingo de Ramos también sonó a Costalero en una mañana cordobesa mientras el imponente rosetón de San Lorenzo observaba al Señor de los Reyes alejarse camino del Realejo en la que fue mi primera marcha en una Semana Santa como músico cofrade.

¿Que a qué suena el Domingo de Ramos? A lo que es: el fin de la espera, el inicio del sueño. Y aunque estos tiempos lo hayan convertido en pesadilla, ese sueño volverá.