23 de noviembre de 2016

Santa Cecilia, un patronazgo "erróneo"

Cecilia de Roma, Virgen, Santa y Mártir.
Durante el día de ayer 22 de noviembre se ha celebrado el día en honor a esta Santa del martirologio cristiano, tal y como nos han venido a recordar los miles de tuits, fotos, frases, y cuentas de músicos cofrades a los que de repente les ha venido el subidón de sentirse músicos.

Y yo, que soy un poquito "tocapelotas" y me gusta eso  de "contarle a los niños que los Reyes son los padres" (no, esto no lo he hecho nunca, no soy tan malo, solo lo pongo como sinónimo de derribar mitos) pues vengo a desmontarles a nuestros queridos musifrades ese mito: Santa Cecilia, tal y como la conocen, no existió.

Así es, y de hecho está plenamente aceptado este hecho por la propia Iglesia Católica y no desde hace poco, sino que se sabe desde hace siglos, pero ahora explicaré lo que pasa:
No niego, no se niega con esto, que existieran los martirios de cristianos en época romana. Si algo tenían los romanos era una burocracia y algunas fuentes documentales que nos han dejado algunos testimonios de la realidad de aquello (cabe matizar aquí que los cristianos en Roma no eran perseguidos por su fe, como nos dicta la creencia, Roma permitía en sus territorios otras religiones siempre y cuando se siguiera rindiendo tributo al emperador y al Imperio, los cristianos se negaban al reconocer en Cristo como único "emperador", por lo que si se ordenaba la ejecución de cristianos que hicieran pública su fe es por motivos, digamos, más políticos que religiosos). Lo que no sabía de aquellos mártires eran sus nombres: las leyendas y la tradición hicieron esa parte.
Y es que, cuando el cristianismo fue "liberado" en tiempos de Constantino I (Edicto de Milán, 313) y el cristianismo salió de las catacumbas para comenzar a tener sus propios espacios de culto, éstos comenzaron a relacionarse con enterramientos de dichos supuestos mártires o con sus lugares de martirio, dando lugar en los albores de la Edad Media a una auténtica fiebre por la búsqueda y veneración de las reliquias. Toda Iglesia quería tener su reliquia, si era de un mártir en tiempos de Roma, mejor. Todos los pueblos, todos los barrios, todos querían tener su propio santo, y comenzaron a surgir leyendas, a veces incluso sobre restos aleatorios, sobre supuestos mártires, cuyos relatos curiosamente en muchos casos recogen elementos comunes.
Quizás de esta forma "nació" Santa Cecilia de Roma. No hubo ni se ha encontrado constancia de la existencia real de una Cecilia de estas características en el siglo II-III, cuyas narraciones más antiguas se remontan a unas "Actas" dos siglos posteriores a su supuesta existencia (480, siglo V) y cuya historia no sería "hilada" hasta siglos más tarde. Según la historia Santa Cecilia era una joven romana, de origen noble, que se convirtió al cristianismo, entregando su virginidad, y fue martirizada degollada, y en su martirio hubo un hecho milagroso, y fue enterrada en las catacumbas, y su tumba fue descubierta, y etc, etc...
Es decir, el típico relato estereotipo para las invenciones de los mártires de época romana: en el caso de "ellas", chica joven, normalmente de origen noble, convertida, virgen y mártir, a veces al negarse a entregar su virginidad a un pagano (véanse las historias de Santa Catalina, Santa Lucía, Santa Bárbara, o casos más "locales" como Santas Justa y Rufina en Sevilla o Santa Victoria en Córdoba), y en el caso de "ellos", chico igualmente joven, a veces soldado, convertido, martirizado por no rendir culto al emperador (véase San Sebastián, San Acisclo, etc...).

Santiago de la Vorágine, en su Leyenda Dorada (siglo XIII) fue el que "completó" la leyenda, de cuya narración además vendría el hecho de hacer a esta supuesta Cecilia patrona de la música.

Pero lo más evidente, visto lo común de este tipo de relato, es que no existiera esta mártir como tal. Su nombre Cecilia (Caecilia en latín), de hecho, parece derivar de la palabra ceguera (caecitas en latín), algo que resulta revelador si se tiene en cuenta que la primera basílica dedicada a esta Santa (Santa Cecilia in Trastévere de Roma) se levantó en el lugar o cerca de una divinidad romana que era considerada diosa de la salud, que curaba la ceguera, y de la castidad (para más paralelismo y evidencia, Santa Cecilia, que recordamos era casta, comparte el patronazgo de los ciegos junto a Santa Lucía).
Lo más probable es que Cecilia fuera el modo de aquellos primitivos cristianos de cristianizar y trasladar al santoral a esta diosa romana y a su lugar sagrado, superponiendo algo cristiano al vestigio pagano, como sucede en tantos otros lugares y así está demostrado (la propia colina Vaticana, sobre la que se levantó la Santa Sede, era ya desde tiempos de los etruscos un lugar de culto o sagrado, sede de un oráculo -de hecho el nombre Vaticano deriva del latín vaticinium).

No es de extrañar, como dije, que la propia Iglesia Católica llegara un punto que quisiera limpiar su santoral de muchas de estas invenciones cuando se celebró el Concilio de Trento (1545), en el que, entre otras cuestiones dogmáticas, se quiso establecer un canon sobre por ejemplo qué escritos e historias aceptar y qué desechar de toda esta tradición que no eran sino un vestigio de lo pagano, y de hecho muchos "santos" desaparecieron por no entrar en ese canon.
¿Por qué Santa Cecilia, viendo las evidencias, sí permaneció? Muy sencillo: a diferencia de otras devociones más localistas y que ya se habían perdido en el tiempo, el arraigo, la tradición, el culto hacia esta Santa y su difusión también en la literatura y las artes hacían imposible que Santa Cecilia desapareciera del santoral sin causar algún revuelo. De ahí que siga hasta nuestros días.


De como Santa Cecilia, esta Santa que probablemente no existió como tal o con ese nombre, fue convertida  también en patrona de la música, viene de otra invención, en este caso causada por un error. El citado Santiago de la Vorágine en su Leyenda Dorada del siglo XIII se dedicó a recopilar vidas de santos de fuentes documentales que disponía, para Santa Cecilia por ejemplo dispondría de alguna copia posterior de las citadas Actas de Santa Cecilia del siglo V. En dicha copia que consultara este escritor y fraile dominico decía algo así como que Cecilia (a su matrimonio) iba rodeada de instrumentos musicales, de ahí a considerar la relación de dicha Santa con la música, pero esto se debió a algún copista que cometió un error de interpretación o incluso un error del propio Santiago. Y es que lo que en la tradición venían siendo instrumentos musicales, manuscritos más antiguos de las Actas de Santa Cecilia han demostrado que se referían a instrumentos, sí, pero de tortura, ya que el pasaje hacía referencia a su martirio.


¿Un patronazgo erróneo?
Como veis titulo esta entrada de ese modo, pero no me refiero a que sea erróneo ni por la no existencia de una Santa Cecilia tal y como nos creemos por esta tradición (muchos patronos de otras cosas tienen historias similares y no por ello los considero erróneos), ni por su errónea vinculación con la música (quienes conozcan el santoral católico saben que hay patronazgos cogidos con papel de fumar).
De hecho, no reniego de que en el día de la onomástica de Santa Cecilia se celebre la música, y que siga siendo patrona de la música.

Entonces, ¿por qué digo que Santa Cecilia es un patronazgo erróneo? Porque entiendo a mi modo de ver erróneo que muchos músicos cofrades la consideren patrona y hoy se feliciten por ella, a veces rozando la más pura hipocresía
Santa Cecilia es patrona de los músicos cristianos, pero hay gente que hoy ha felicitado y han sido felicitados por Santa Cecilia que el nombre de "músicos" les viene grande y lo de cristianos lo llevan más por bautismo que por otra cosa.
Y es por ello que yo no felicitaría Santa Cecilia a tantos "músicos cofrades" que mientras el resto del año se están matando a piques absurdos, con fanatismos, tirando mierda a otros a los que no consideran compañeros sino rivales, hoy, como si Santa Cecilia fuera como el día del Navidad, todo sea "buen rollo" y felicidades.
Yo tampoco felicitaría Santa Cecilia de la manera hipócrita que lo hacen algunas Hermandades que, mientras el resto del año infravaloran el trabajo de las bandas pagando precios ridículos o aprovechándose de ellas en muchos casos para su beneficio (venga certamen benéfico -a beneficio de mi paso/retablo/manto/corona- por aquí, venga cruz de mayo por el bocata por allá) y a veces las bandas pareciendo que tengan que dar incluso las gracias porque "les han brindado un buen escaparate" (esto es especialmente en las ciudades y capitales).
De igual forma tampoco pienso felicitar a las bandas que entren a ese juego de tocar por dos peniques bajando su dignidad y enterrándola en las catacumbas de Cecilia, haciendo con ese juego que los precios bajen y por lo tanto perjudicando la valoración que se tiene de la música en el mundo cofrade y por ende a sus compañeros.
Ni felicitaría Santa Cecilia como esos compositores que violan como quieren las partituras de sus predecesores, en algunos casos hasta de difuntos, bajo la excusa del estilo, solo para saciar sus egos y llenar sus bolsillos aprovechándose de la música que otros hicieron.
Y ni mucho menos pienso felicitar a esos que se hacen llamar músicos pero que, ya no solo no saben dar una nota si no ven el número del pistón o el "semaforito" con la nota que es, sin saber diferenciar un La de un camión, ya no solo a esos que hablan de "drieros y trietos" en lugar de apoggiaturas o acciacaturas, ya no solo a esos que creen que un calderón es el estadio de Atleti y una negra con puntillo es una mujer un poco ebria, sino a los que, encima que no se preocupan por hacer buena música (aquí tengo que incluir a los paseatrajes que no van a ensayar, reventando el trabajo de sus compañeros con su falta de compromiso), no muestran respeto o se creen superiores a los que la estudian o se preocupan por querer entenderla (no todo tiene que ser en el ámbito académico), a veces usurpando los lugares de estos, o incluso, hay que decirlo, hasta se ríen de la música.

En resumen tantos y tantos musifrades que se hacen llamar erróneamente músicos cuando músico no es solo el que hace música, como tampoco me voy a cerrar a la elitista denominación que otros tantos quieren hacer de que músico es solo el que la estudia académicamente.
Un músico debería respetar a la Música, y hay "músicos" cofrades que no, no la respetan en muchos sentidos, por muy bien puestos que se quieran poner cada 22 de noviembre.

Es por ello que, para ellos, para ti si lees esto y eres uno de esos, Santa Cecilia no es vuestra patrona, lo siento. Quizás os venga mejor de patrón Judas, pero no Tadeo, sino el Iscariote, que va a vuestra personalidad más.

Y a los demás, a los músicos cofrades que sí respetan la música. A los que se paran a escucharla y no solo oírla. A los que la quieren y la tratan como el arte que es. A los que la miman. A los que buscan comprenderla. A los que la estudian y viven de ella y a los que sin hacerlo saben respetar y buscan aprender de ellos y sus conocimientos. En el fondo a los que la RESPETAN, a ustedes sí, FELIZ SANTA CECILIA (aunque sea con retraso).

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