25 de julio de 2017

El músico cofrade, ¿comprometido o absentista?

Una de las cosas que más me ha llamado siempre la atención del mundo interno de la música cofrade, de las bandas, es el tema del compromiso, o mejor dicho, de la ausencia de él entre el musifrade medio.
Muchas veces, medio en broma por el contenido, pero como toda broma guarda su punto de verdad, circulan por ejemplo entre las cuentras fakes cofrades, las cuentas humorísticas, bromas o chascarrillos sobre lo acostumbrado que está el músico cofrade a no cumplir con sus ensayos, lo común del absentismo en este gremio, o las disparatadas excusas que estos pueden llegar a dar con tal de no ir a tocar o ensayar.
Ese es el lado humorístico, el lado de broma, pero, ¿cuánto de verdad hay tras ese humor? El humor se inspira en la vida real, y en la vida real, ya hablando en serio, no es tampoco extraño escuchar del boca a boca, en círculos cofrades o leer en foros que la banda X las está pasando putas porque sus músicos no asisten, que se plantean la disolución si siguen así, que hay directivas que no toman cartas en el asunto porque cualquier intento disciplinario sería en vano o porque directamente no quieran, que hay músicos que tienen venia especial para faltar pero otros no, que en otros casos se produce el efecto contagio y si fulano no va mengano tampoco,... así hasta que se llegan a dar noticias, cada vez por desgracia más frecuentes, de bandas que o tienen que recurrir a inventos varios para sobrevivir (por ejemplo el tema de las fusiones) o que directamente desaparecen incapaces de hacer frente a este fenómeno.
Partiendo de la base de que la música cofrade no deja de ser una afición (salvo algunas bandas profesionales o semiprofesionales en las que, obviamente, el absentismo ni se contempla) y que por tanto ninguna persona que esté voluntariamente en este mundillo puede estar obligado a nada, también es cierto que el músico cofrade, o al menos así opino yo, cuanto se apunta a su banda adquiere un compromiso que debería ser capaz de cumplir y si no lo es, el mismo músico debería tomar conciencia y echarse a un lado sabedor de que esté faltando a dicho compromiso adquirido. Pero por alguna extraña razón que desconozco, el músico cofrade absentista medio (para abreviar lo llamaremos el paseatraje) no tiene conciencia alguna ni sentido de solidaridad para con sus compañeros, traducido que directamente se la suda todo: se la sudan sus compañeros, se la suda tirar por tierra el trabajo de los ensayos a los que no ha ido, se la sudan los contratos firmados, etc...

De ahí la pregunta: ¿Son los músicos cofrades -en su mayoría- unos personajes de nuestra Semana Santa comprometidos o no?

Lo arriba explicado puede dar la idea de que no. Yo mismo tengo esa impresión debido a mi propia observación, a la observación de los ejemplos que me pillen más cercanos, a la información que me llega, a lo que conocidos míos que son músicos cofrades (y es que por suerte -en unos casos- o por desgracia -en otros-, conozco bastante gente del mundillo, tanto en persona como por las redes), conocidos que en su mayoría hablan, y en muchos casos nada bien, de esta problemática en sus bandas, problemática que existe en más bandas de las que uno se podría creer pero que se intenta tapar todas por motivos más que lógicos: y es que, ¿qué Hermandad contrataría a una banda sabiendo que sus músicos no ensayan?

Pero las impresiones pueden ser erróneas, de ahí que estos últimos días, como habrán podido comprobar en mi cuenta Twitter, haya realizado una serie de encuestas para tomar aunque sea una muestra "a pie de atril", es decir, de otros músicos. He de decir que en las encuestas han participado una media de 70 personas por lo que el muestrario no es muy amplio pero creo que los resultados dados sí pueden ser bastante significativos y orientativos de la completa realidad.

La primera pregunta la encaminé a conocer datos sobre la asistencia en las bandas de los encuestados, encuestando sobre el porcentaje de asistencia, la cantidad de componentes sobre el total, que cumplían con el compromiso de asistir a sus ensayos de manera habitual. Estos fueron los resultados arrojados:
Sorprendentes, al menos para mí ya que como digo, en algo que no es obligatorio pero que para hacerse bien y por respeto hacia los compañeros y las Hermandades que te contratan requiere de cierta implicación y compromiso, estas cifras son llamativas cuanto menos.
Fíjense que lo más votado ha sido que la asistencia normal es de entre un 50 y un 70 %. Esto por ejemplo supone que en una banda de 100 músicos están asistiendo normalmente entre 50 y 70 componentes, cifra aceptable, pero, ¿qué ocurría con ese régimen de asistencia en una banda más pequeña? Pues estaríamos que en una banda de, por ejemplo, 70 músicos solo asisten entre 35 y 49, en una de 60 irían entre 30 y 42 o en una banda pequeña de pueblo de 55 estaríamos hablando de ensayos con solo entre 27 y 35 músicos.
Pero ahí no queda la cosa. La segunda opción más votada es la de que asisten a ensayar, ojo, menos del 50 % de músicos, es decir, menos de la mitad de una banda, menos de la mayoría simple.
Y sumando ambas opciones encontramos que ganarían por mayoría (68 %) las bandas que cuentan con menos asistencia, siendo solo 1 de cada 10, solo un 10 %, las bandas que habitualmente rozarían la plena asistencia, o sea, la minoría.
Considerando que las marchas actuales están pensadas para ser defendidas correctamente por, mínimo, unos 50 músicos, nos encontramos con que la mayoría de bandas su rutina se basa en ensayos más que deficientes.

Pero claro, uno puede pensar que sería incorrecto juzgar esos datos de no asistencia sin pararse a conocer o plantearse que puede haber causas que lo expliquen y lo justifiquen. A ello dediqué la segunda encuesta que dio estos números:
Y los resultados son más llamativos aun que los de la anterior encuesta. Nos encontramos con que una amplia mayoría, un 75 % de los encuestados, consideran que las causas de la mayor parte de estas ausencias no están bien justificadas (alguien me apuntaba en Twitter a excusas como el fútbol, el gym, etc...) o directamente ni lo están. De hecho esta es la opción más votada: un 40 % de los encuestados afirman que las faltas de asistencia en sus bandas están injustificadas.
En el lado opuesto, apenas un 25 % de los encuestados dan validez a justificaciones más lógicas y creíbles, sobre todo a las laborales. Solo un 6 % apuntan a que las causas son obligaciones familiares (y por obligaciones familiares obviamente nos referimos a causas creíbles -atender a algún familiar que no pueda valerse por sí mismo, enfermedad, defunciones, compromisos ineludibles como las BBC,...-, no a excusas como querer pasar más tiempo con la parienta, el cumpleaños del gato, ha venido un familiar de fuera -y aunque va a pasar aquí un mes yo quiero ir a verlo curiosamente en días de ensayo-, etc...), cuando no deja de ser curioso que es una de las justificaciones más esgrimidas por los paseatrajes de turno.
Uniendo estas dos primeras encuestas encontramos un panorama nada alentador: estaríamos hablando de que una elevada cantidad de músico no asistirían a sus ensayos y además faltan sin motivación seria alguna, es decir, una evidente falta de compromiso de una gran parte de personas que forman parte de este mundillo y no solo eso, sino que lógicamente son personas que están perjudicando el trabajo y la imagen del resto sin importarles lo más mínimo. Egoísmo en su máxima expresión.

¿Cuáles son las causas de todo esto? ¿Por qué sucede así? Cabría preguntarse. Cuando se habla de la corrupción, por ejemplo, se suele apuntar a la laxa actitud de la justicia para combatirla y a la impunidad de los corruptos, en resumen, se achaca a que los que mandan no son rigurosos. Por eso la tercera encuesta la tiré en ese sentido: qué hacen las bandas, o qué no hacen, para evitar el absentismo de sus músicos. Los resultados:
Y volvemos a tener una imagen que nos dice mucho: solo un 24 % de los encuestados afirma que sus bandas sí toman medidas contra las faltas de asistencia -injustificadas, claro está- de sus músicos.
El resto, un 76 %, piensa que o no se están tomando medidas correctas porque o bien no se cumplen, o bien no se aplican con un criterio igualitario, o directamente es que no se toma ninguna medida . Es decir, todas las opciones que nos dejan ver que o hay músicos impunes y/o se está dando a entender al resto que se puede faltar cuando se quiera porque no tendrá consecuencias.
Desolador. ¿Por qué permiten las bandas dicha impunidad cuando es claramente más contraproducente y destructivo que constructivo, que es algo que para nada beneficia a los intereses de nadie, salvo del que falta? La verdad es que dudo que alguien tenga respuesta a esto. En mi cabeza personalmente por lo menos no cabe esta situación, no comprendo por qué se hace. Quizás por eso cada vez creo menos en lado humano de este mundillo, por eso creo que mientras siga así nunca me dignaría a fomar parte de él y me centro más en solo disfrutar de la música, de las obras musicales, sin más.

Para terminar la cuarta pregunta la dediqué a ver las franjas de edad más representativas en la música cofrade ya que una de las cosas a las que se achaca esta falta de compromiso es a la falta de valores entre la juventud de hoy en día. Los resultados fueron:
Y sí, ciertamente como refleja la encuesta, las bandas cofrades al parecer están formadas en su mayoría por gente joven, por debajo de los 30 años, con una gran presencia de adolescentes y hasta menores. Pero en este caso dudo de la correlación de esto como causa del absentismo, la pérdida de valores creo que es común a toda la sociedad actual y si pudiéramos preguntar estoy seguro que el absentismo del músico cofrade será igual tanto en músicos mayores como en jóvenes.


Bien, hasta aquí los resultados de esta especie de "estudio". La verdad no quisiera exponer mis conclusiones generales (que las tengo) a estos resultados porque, primero, creo que son conclusiones que saltan a la vista y que muchos seguramente coincidiremos en ellas, y segundo porque habrá quienes lleguen a otras conclusiones o encuentren otras causas para explicar este fenómeno.*
* Por ejemplo, ¿tendrá algo que ver la minusvaloración económica de las Hermandades hacia las bandas no grandes? Es decir, esto vendría a ser como cuando haces algo bien pero nadie te lo valora y acabas perdiendo el interés y lo haces a desgana y mal, ¿responden los músicos así a que su trabajo no se valore desde sus contratantes y sus directivas?. 
O incluso lo opuesto: se ha mimado demasiado, se le ha aumentado demasiado el ego a algunos músicos cofrades que no son capaces de tener los pies en la tierra y al creerse superiores se creen con el poder de hacer lo que se les venga en gana.
Sería interesante ver si hay correlación con estas cuestiones también.

Lo cierto es que los resultados no son nada alentadores y no hablan muy bien de la imagen que da y que podemos tener del músico cofrade. ¿Es una imagen acertada? ¿O se ve empañada precisamente por estos garbanzos negros? Lo único seguro es que el absentismo entre los músicos cofrades causa un gran daño a la música cofrade, a su correcto desarrollo y que parece ser que no se está haciendo lo correcto por evitarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario