14 de agosto de 2018

Decálogo para las Hermandades y su relación con la Música

Anteriormente en este blog (vamos, nada menos que hace más de un año) pudieron leer esta entrada que aquí enlazo ahora y en la que proponía un Decálogo del buen músico cofrade, 10 sencillas recomendaciones según mi opinión sobre cómo comportarse, cómo actuar, cómo debería ser en su dimensión humana y musical un buen músico cofrade, más ahora con la actual deriva de falta de valores, de comportamientos egoístas y egocéntricos que vive la música cofrade.

Pero considero que el problema no solo está en una de las partes y que cargar tintas sobre solamente los músicos cofrades como causantes de los problemas es algo injusto. Las Hermandades, a través de ciertos comportamientos, actitudes y acciones, también han auspiciado y propiciado que sucedan ciertas cosas bastantes indignas para un mundo que lleva etiquetas como cofrade, cristiano y católico.

Es por eso que ahora me gustaría proponer otras 10 recomendaciones, esta vez a las Hermandades y Cofradías, en este:

Decálogo para las Hermandades y su relación con la Música

- Saber escoger un correcto acompañamiento musical es importante...
Cuando una Cofradía se pone en la calle debemos de fijarnos que es una puesta en escena y, como en tal, la banda sonora que la acompañe es importante para determinar lo que se quiera transmitir con ella. Si pensamos en el ejemplo del cine veremos que una escena de, por ejemplo, terror o emotiva con una música cómica perdería totalmente su capacidad de transmisión de sentimientos. Es por ello que debes saber escoger la música adecuada, al carácter que le quieres dar a tu Hermandad en la calle pero también a la seriedad y el respeto, pues no debes olvidar que una procesión es una pública protestación de fe. Una mala elección musical puede echar por tierra la imagen de tu cortejo, de tu Cofradía y eclipsar el mensaje que, se supone, se transmite en estos cultos externos. Evita por ello dejar la elección musical a cualquiera, no la bases en criterios como la moda o el gusto popular, y, si puedes, déjate aconsejar por personas que entiendan del tema.

- ...pero no es lo más importante.
Aunque, como hayamos dicho, la banda sonora sea un elemento importante para la transmisión del mensaje evangelizador a través de las Sagradas Imágenes, su elección y presencia tampoco debe ser algo primordial en la vida de una Hermandad. No dejes que la música se haga un hueco entre los asuntos importantes de la vida interna de tu Hermandad, evita que una banda se convierta en un atractivo de tu procesión y que éstas puedan llegar a ser elementos de presión o armas arrojadizas en cualquier posible confrontación,... Pero sobre todo no juegues a la política con la música: no usar cuestiones relativas a la música como promesas electorales evita que la música tome el control entre tus Hermanos y sea un elemento de discordia.

- Sé realista con lo que contratas.
Las Hermandades suelen ser exigentes en exceso en temas como la música. Sin embargo, como en todo, no todas las bandas son iguales ni pueden ofrecer lo mismo. Si contratas a una banda pequeña porque no puedes o no quieres permitirte nada más grande, no quieras aspirar a lo que no tienes, no le exijas lo que no puedan, no exijas marchas que por nivel musical no estén a su alcance, ni exijas una resistencia superior a lo que el número de la banda o a lo que la duración de tu propia procesión permita. Con exigencias solo lograrás malos resultados y que ninguna de las dos partes termine contenta.

- Los músicos son personas, no máquinas.
Casi en relación al punto anterior, debes pensar también en el bienestar de los músicos como lo harías con el de tus propios hermanos. Por suerte a muy pocas, por no decir ninguna Hermandad, creo que se le ocurriría negar a un músico (aunque sea fuera de la vista) que pueda tomar algún tentempié, beber agua o salir a hacer sus necesidades. Pero aun así hay prácticas donde las Hermandades tratan a los músicos sobre sus límites: solicitar un número exagerado de marchas o pedir que la banda no cese de tocar en chicotás largas por ejemplo es una de esas prácticas, sin pararse a pensar que ese sobreesfuerzo pueda provocar lesiones en el músico (para quien no lo sepa, la embocadura de los instrumentos de viento por ejemplo involucra gran cantidad de músculos de la boca y mandíbula que, como todo músculo, se puede lesionar si se le sobrecarga). Tampoco es muy humana otra práctica habitual como es la de dejar a las bandas bajo el agua cuando a una Hermandad le pilla un aguacero: un músico no debería pagar con su salud tu irresponsabilidad.

- No traslades temas personales a una relación Hermandad-Banda.
Aunque cofrades, somos humanos y es imposible en algunos momentos evitar encontronazos y rencillas que se puedan dar entre un miembro de Junta de Gobierno de alguna cofradía y algún dirigente (o incluso con cualquier músico). Sin embargo esos temas deberían de quedar fuera del ámbito cofrade y no afectar a la relación de una Banda con una Hermandad y viceversa. Ya no solo por seguir un comportamiento cristiano y sensato, sino por la horrible imagen que da para los cofrades en general que alguien use un cargo para ejecutar venganzas personales, cargar contra una banda porque se negase a renovar y/o rebajarse o simplemente porque en ella esté alguien que no te cae bien, situaciones, por desgracia, bastante más frecuentes de lo que imaginamos.

- Respeta siempre al músico cofrade y a las bandas.
Aunque haya excepciones de músicos que sí tienen comportamientos reprochables, en general los músicos cofrades son tan cofrades como tú o cualquiera de tu Hermandad: trabajan duro cada año por la Semana Santa, se esfuerzan y además lo hacen para acompañar lo mejor posible a tu Hermandad. El músico cofrade no es, por tanto, un cofrade de segunda al que minusvalorar y tratar con la punta del pie. Evita, por ejemplo, que a la banda sea a lo que primero y más quieras rebajar en precio, rechaza a toda banda que intente quitar a otra de un contrato a base de malas prácticas, no abuses de tu condición de contratante y entiende que, aunque le estés pagando, una banda está ahí por una relación contractual, no te pertenece, no son tus esclavos, ni deben estar para cualquier capricho o exigencia que no viniera especificada ni acordada en el trato.

- Del mismo modo hazte respetar.
Igualmente la banda de turno no se te debe subir a la chepa, no debe quedar tampoco por encima de ti ni de ninguno de tus hermanos. Es por eso que no debes ceder a presiones y exigencias exageradas sea de la banda que sea, no dejes que te engañen, que una banda cobre mucho por tocar demasiado poco o que te quieran cobrar un precio desorbitadamente desmesurado. Especialmente cuando una Hermandad decide contratar a una banda grande para algo extraordinario, que es cuando más suceden estas cosas.
En resumen, respetando y haciéndose respetar se podrían acabar con determinadas prácticas abusivas que nada tienen que ver con lo cofrade.

- Las cosas no son para siempre.
Como decimos arriba, las bandas (al menos las que no son de Hermandad con su correspondiente) no pertenecen a nadie. Es por eso que debes comprender y también hacer comprender a la banda que te acompaña que, da igual los años que se lleven tras la Hermandad o los lazos que haya, una relación contractual siempre puede terminar en algún momento. Una banda no puede ni pensar, que tenga que tocar por decreto en tu Hermandad y una Hermandad no puede exigir una fidelidad eterna a una banda que tiene libertad para decidir sobre su futuro y su conveniencia.

- El cliente no siempre lleva la razón.
Aunque son las Hermandades las que contratan y por tanto en estos casos son el cliente, la típica máxima no siempre tiene validez. Una Cofradía no puede exigir llevar la razón aunque no la tenga con una banda solo porque sea "la que paga". Hay casos, sobre todo en cuestiones de especificaciones contractuales (y más en temas de horarios y honorarios) en los que una Hermandad por ahorrar cuatro duros se aferran en obstinarse a que llevan razón. Si dado el caso sabes que tú y tu Hermandad no lleváis la razón, olvida tu orgullo y acéptalo, lo contrario no lleva a nada más que a dar una pobre imagen propia y a que tu Hermandad se gane mala fama.

Piensa siempre como Hermandad, no como individuo.
En este último punto se podría resumir todo lo anterior. Debes recordar que tú y la Junta o grupo de gobierno del que puedas formar parte solo vais a ser un pequeño capítulo en toda una larga vida de Hermandad, y que la devoción hacia los titulares siempre prevalece por encima de todo lo demás. Debes dejar al lado un pensamiento individual queriendo intentar transformar la imagen de tu Hermandad a tu gusto, y pensar más en aportar o mejorar dentro de lo que ya hay. Es por ello que en música, que es lo que nos atañe, olvida tus gustos personales, no quieras cambiar cosas como por ejemplo el tipo de banda o imponer un repertorio que te guste solo porque sí o intentar imitar lo que se hace en otros lugares, sin que sea verdaderamente necesario porque no mejore lo que ya había. Recuerda que la Hermandad y sobre todo vuestros Sagrados Titulares, es lo más importante y no te pertenece en exclusiva: tú trabajas para tu Hermandad, no tu Hermandad trabaja para ti.

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