4 de mayo de 2017

La contra-crónica: lo que fue de la música en la Semana Santa 2017 (al menos desde mi punto de vista) I

Saludos cordiales.
Aquí me tienen, de vuelta. Sois cabrones, al menos mis seguidores de Twitter, y lo sabéis: mira que votar en práctica unanimidad a favor de que haga mi contra-crónica de la música de la pasada-presente Semana Santa. Con lo a gusto que estaba yo de parón.
Por cierto, parón que no tiene nada que ver con las decenas de amenazas que me siguen llegando, algunas realmente graciosas. Creo que la fiscalía va a dejar de investigar a los instigadores de las carreritas de la Madrugá y van a centrar sus pesquisas en un cutreblog de música cofrade, no os jode. La libre opinión no es delito, lo que sí son delitos son las amenazas, coacciones y "demases", así que a ver quién tiene más ases bajo la manga llegado el caso.

Consideraciones previas:
Antes de comenzar quiero avisar algunas cosas:
Sé que os mola eso de la sangre, especialmente a mis vecinos (lo sé, en secreto muchos de vosotros estáis deseando verme rajar), pero el blog es de música y eso se une a la reciente filosofía que he tomado respecto a lo cofrade. Esta filosofía no es otra que: si una Hermandad quiere hacer el ridículo o autodestruirse con el pleno beneplácito o silencio cómplice de sus hermanos, no soy quién para impedirlo. Allá cada cual con su idea de lo que significa ser cofrade y hacer Hermandad, allá cada cual con lo que se piensa que es una salida o recorrido procesional o, llanamente, procesión (porque, para empezar, en Palma es erróneo hablar de Estación de Penitencia en la mayoría de casos, y menos en un misterio glorioso como la Resurrección, a ver si lo vamos pillando).
¿Qué quiere decir todo esto? Que no va a haber más crítica que la puramente musical y no más allá de un análisis lo más objetivo y anestésico posible (aunque, como en todo, hay culitos sensibles que les duele todo), y obviamente lo hago como divertimento, no porque con esto quiera ni vaya a mejorar las cosas. Los temas de Cofradía se los dejo a otros con más tiempo y ganas de cambiar el mundo.

Comenzamos.

En general:
Siempre me ha gustado decir que el mundo cofrade no es sino un fiel reflejo a menor escala de la sociedad que vivimos. La música cofrade no escapa a ello y encontramos una música pensada en el consumo y con los mismos problemas que tiene el mundo actual.
Uno de esos problemas es esa especie de abismo Norte-Sur cofrade, y es que al igual que en el mundo, la diferencia entre "ricos y pobres", en este caso bandas "grandes y pequeñas" no solo es enorme sino que va creciendo año a año, con todo lo que ello conlleva.
Y es que, mientras las denominadas "grandes" gozan de una excelsa salud y de una fortaleza que las lleva a una edad de oro, la mayoría de las "pequeñas" las pasan putas para subsistir. Mi comarca se la puedo poner de ejemplo donde, de todas las formaciones musicales en unos kilómetros a la redonda (pongamos unos 40) hay varias bandas que están casi en vías de extinción debido a problemas internos, fuga o falta de componentes,... alguna que otra ya ha desaparecido en estos últimos años y las que pueden ir tirando no lo hacen con mucha fuerza que digamos.

¿Qué pasa? La actual Semana Santa muy comercial y globalizada a través de internet y los neokofrades movidos por otros valores como realzar sus propios egos, presumir (ronear en idioma cani) y querer formar en bandas famosas, hace que cualquier banda grande rebose de componentes. Esto conlleva a que una banda de estas no tenga que hacer mucho para sobrevivir, simplemente funcionar. El tener una cuantía tal de componentes hace que dichas bandas se puedan permitir unas normas de conducta y unos códigos y reglas más estrictas, con lo cual la disciplina es mayor (porque el que no la acate va a la calle, que para eso hay 20 esperando fuera) y eso permite centrarse más en la calidad musical y en la puesta a punto de la banda. Eso lleva a que las bandas grandes lo sean más, puedan mantener o aumentar sus cachés y mantengan su lugar privilegiado como tales.
Mientras, la banda pequeña pues claro, tiene dos caminos: o tirar para adelante con unos 40-50 músicos (cosa que nadie quiere porque las Cofradías de hoy buscan número, bandas numerosas, aunque luego sus pasos den vergüenza por la falta de costaleros/portadores y sus cortejos no tengan nazarenos) y conformarse en tocar en pueblecitos o aldeas, o tirar a lo fácil que es lo que suelen hacer la mayoría y soportar más músicos pero con una relajación en la disciplina que hacen imposible una mejora musical y, por tanto, aumentar en calidad.
Es una pescadilla que se muerde la cola y que su fin suele ser la extinción de la banda pequeña, bien por falta de componentes las que tiran por el primer camino, bien porque la gente seria se canse de soportar cachondeos y abandonen el barco buscando algo a su nivel en el segundo camino.

La tendencia no parece cambiar y auguro en unos años una etapa de desapariciones/fundaciones/refundaciones de bandas pequeñas, si no las tan de moda fusiones, fusiones que, por cierto, en la mayoría de casos nunca funcionan como se espera y solo son una forma de ganar unos años de vida, ya que el músico que se forma indisciplinado lo va a seguir siendo toda su vida.

Por suerte, hay bandas no capitalinas ahí en la medianía (no son "grandes" pero han conseguido escapar de ser pequeñas) que mantienen una cierta esperanza y que consiguen, incluso en pueblos no muy grandes, dejarnos muy buenas bandas. Por citar ejemplos: Rescate de Linares, Afligidos de Puente Genil, Sentencia de Jerez, Lágrimas de San Fernando, etc... en Agrupaciones, Rosario de Linares, Asunción de Jódar, Rosario de Arriate, etc... en CCTT, y en bandas de música muchísimos más ejemplos, pero porque en BM por la "profesionalización" del estilo el rollo es distinto y en cualquier pueblo hay una banda decente.


Otra tendencia general es esa mala manía de los llamados "estilos" en bandas de Cristo. Como decía un anuncio, el ser humano moderno tenemos la costumbre de etiquetar. Queremos poner etiquetas a todo como forma de intentar controlar y organizar todo a nuestro alrededor, tal y como organizamos nuestra vida (ya saben, eso de te piensas que eres libre pero seguro que todos los días te levantas a la misma hora, desayunas lo de siempre, te tomas un café en el mismo bar, sales de trabajar, e incluso en tus vacaciones me apuesto a que siempre vas a los mismos destinos,... todo eso son formas de etiquetar y clasificar nuestra vida sin que nos demos cuenta).
En cornetas y tambores es donde esta tendencia gana más gravedad y es que hay digamos, 3 grandes estilos -Triana, Cigarreras y Presentación- al que en los últimos años se ha unido el de Rosario de Cádiz (que suele ir mezclado con el estilo presen), y luego una especie de subestilos menos populares como Sol, el de vuelta al clásico que propugnan bandas como Esencia/Centuria (no digo Bomberos porque Bomberos no es vuelta al clásico, es el clásico en sí), y hasta ahí podemos contar.
Pues bien, les pongo el reto de que me digan al menos una banda no grande que no se adscriba en un alto porcentaje a uno de los estilos arriba dichos. Fíjense:
-con estilo Triana tenemos Arriate, Caído & Fuensanta de Córdoba, Victoria de León,...
-con estilo Cigarreras tenemos a Coronación de Córdoba, Maestro Valero de Aguilar de la Frontera, Paso y Esperanza de Málaga,...
-con estilo Presentación y/o Rosario tenemos a Salud de Córdoba, Sayones de Pozoblanco, Asunción de Jódar, Rosario de Linares, Cristo del Mar de Vélez-Málaga,...
Cierto es que las bandas mencionadas tienen alguna que otra marcha que no son de ese estilo o de autores que no se adscriban a él, pero es cuestión de observar que muchas de ellas toman elementos distintivos de una u otra banda para acercarse a su órbita, ya sea forma de tocar, criterios de afinación, instrumentación, llegando hasta la imitación de la uniformidad.
Esto está causando, en gran medida, un cierto empobrecimiento de la música y una escasa originalidad y libertad creativa debido a ese artificial encorsetamiento que nos deja unas bandas que, al fin y al cabo, se acaban juzgando por a cuál de las grandes se parece.

En Agrupaciones, aunque hubo unos años donde esta tendencia también existía y aunque siga habiendo algunas copias residuales, normalmente de no mucha calidad, de ciertas bandas grandes, lo cierto es que las bandas medianas o que aspiran a serlo suelen escapar de ese encorsetamiento al que solo se autosometen las propias bandas grandes. En este caso se está produciendo el efecto contrario: hay mayor riqueza musical, hay mayor variedad y creatividad, en Agrupaciones no grandes que en las Agrupaciones grandes que se han instalado en una peligrosa zona de confort de la que no se arriesgan a salir.


¿Qué sucede con esto? Otra de las cuestiones que ha imperado este 2017: las cornetas y tambores (grandes) que están arriesgando más y están buscando nuevas vías de evolución le están comiendo la tostada a las agrupaciones (grandes) que se han atrincherado en su mayoría en "yo y mi director musical" y de ahí no salen. Eso ha provocado que las cornetas y tambores y sus distintos estilos estén más al alza que nunca y arrastren a mayor público. La cosa está clara: entre escuchar a Triana con Caridad y Cigarreras con Lux Aeterna y escuchar a Redención de Sevilla con una marcha de Muñoz Serna que se parece a la anterior y a VR explotando todavía en su nostalgia marchas del rollo Tientos y Gitano de Sevilla.... no hay color, claramente.

Siempre hay excepciones, como en todo.
-En cornetas y tambores la excepción la está marcando "la Presen" a la que sus días de gloria parece que se han ido conforme han ido saliendo sus figuras principales (yo lo pronostiqué en su día y se me tachó de envidioso para arriba). Centrados en montar más clásico y alguna que otra marcha propia que no tiene la frescura de otras. Porque eso sí, los refugios y demás marchas así, decorosas para Semana Santa eran lo mismo que un capirote de lunares y de calidad musical algunas mejor ni hablemos, pero frescas eran un rato...en su momento, claro. La sobreexplotación de ese estilo y de las capacidades "solísticas" de sus figuras han provocado un normal desgaste y, obviamente, bajón asegurado.
-En agrupaciones en cambio la cara de la moneda la pone la única "grande" que no se está queriendo atrincherar en su estilo y dormirse en sus laureles. Pasión de Linares, en efecto, está haciendo en Agrupaciones lo que está pasando en cornetas: innovación, apuestas por nuevas formas y fórmulas musicales,... Volver a la vida ha sido su estreno de este año, e igual que el año pasado hablábamos de Misericordia y antes de A la memoria de un amigo (y antes de Atado a la columna, y antes Lloras en tu Soledad...), es una marcha que guste más o menos, no se puede discutir la innovación y la calidad musicales aportadas.


Bandas de Música imagino que al lector medio de mi blog no les interesen, pero les dedicaré algo porque, como digo, la música para Banda es "otro rollo". La música para Bandas de Música, quizás porque de siempre ha sido el sector...como diríamos... más "académico" de la música procesional, el estilo más estudiado, el más profesional y el que de siempre se ha basado más en la formación y educación de sus intérpretes y compositores, al menos más que la música de Cristo más anclada a lo amater, pues quizás por eso las Bandas de Música no necesiten o no vean necesario acudir, crear, defender una artificial imagen de marca, a un susodicho "estilo", a lo denominado propio. Eso también se transmite, lo saben transmitir a las Hermandades, que cuando buscan una banda de palio no buscan sino una calidad musical y un repertorio. A la vista está: cuando una Hermandad busca una banda de cornetas siempre se dice que buscan una banda del estilo X -llámese estilo Triana, Presentación o Cigarreras-, pero cuando busca una banda para su palio, ¿escuchamos que busquen una banda estilo Tejera, Oliva o Carmen? Casi nunca por no decir nunca.
Eso sí, que la música de palio escape de los estilos no quiere decir que no se pueda comentar algo. Creo que este 2017 se están viendo dos tendencias bastantes diferenciadas, prácticamente opuestas:
-por un lado muchas Hermandades, especialmente Hermandades de corte más elegante y especialmente en las ciudades, parece que están adquiriendo o recuperando el criterio musical perdido y se ha puesto en claro retroceso ese tipo de marchas pseudorociero-flamenco-sentimentalo-empalagosas que tan de moda han estado en la última década. Está de moda en este lado de la tendencia eliminar las marchas de moda (valga la contradicción) y así, Caridad del Guadalquivir y Callejuela de la O son ya casi un funesto recuerdo, Encarnación Coronada se va quedando para petaladas o para momentos en barrios para que las ancianitas canten la salve y a Mi Amargura se le está pasando su momento de gloria, y a la par hay una vuelta a lo clásico, se han revalorizado más un corte de marcha más, digamos, "culta" (en mi vida había escuchado tanto Amarguras en mi pueblo como este año) y se está aupando más a autores más preparados y con más cualidades (Hurtado y López Gándara por ejemplo).
-por otro lado las modas son modas y tienen mucha base popular (de ahí que esta sea la tendencia más numerosa) por lo que, por desgracia, sabiendo quién manda en la mayoría de repertorios hay otra corriente que se ha anclado en ellas, especialmente en pueblos y Hermandades menos elegantes (por no usar otro término despectivo), donde Mi Amargura ha sido la marcha más escuchada, Encarnación Coronada se repite hasta la saciedad y, esto es verídico, encima hay Hermandades/cuadrillas/capataces que van de "cultos" porque piden que les toquen La Madrugá (cuando, seamos serios, La Madrugá, sin ser muy mala marcha, es la Caridad del Guadalquivir de las marchas fúnebres) y tan contentos te sueltan algo tipo "ves, a mi palio también le tocan marchas de esas fúnebres, tú que te crees". Lo positivo, si es que tiene algo, de esta tendencia es que, al igual que la otra, también ha vuelto con fuerza lo clásico.

Y hasta aquí dejo esta primera parte de la contra-crónica, parte general que tendré que completar con los tan solicitados "ránkings" que subiré en otra entrada para no alargar más esta. Estén atentos a novedades.

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