21 de abril de 2020

De dónde viene la marcha...: Medea

Informo a mis lectores que, a partir de esta entrada, he pasado a publicar esta sección como colaborador en el portal de El foro cofrade, en el que también podrán encontrarla. De todas formas, subiré los artículos también en este mi blog.

Uno de los argumentos que los pseudo-puristas, neorrancios y/o enemigos de las Agrupaciones Musicales históricamente más han esgrimido contra el género de Eritaña y a favor de las Cornetas y Tambores ha sido el de esa supuesta inmaculada integridad de estas segundas casi desde la Policía Armada, frente a la degeneración de ese estilo "cateto" y "de pueblo" que se ha dejado mancillar siendo permeable a aceptar adaptaciones de temas no cofrades (aunque éstos fueran cantos litúrgicos). De esa forma se criticó, hasta la prohibición, que una banda tocara una adaptación de una zarzuela como es el caso de Alma de Dios, por no ser "religioso".

Realizo esta introducción porque la marcha de cuyo origen vamos a tratar hoy demuestra el sesgo de esta clase de personajes, sus prejuicios y su hipocresía movida por ese odio sin motivo hacia las Agrupaciones, pues la marcha de la que hablamos, por contra, sí ha gozado desde siempre de mejor prensa, o al menos no ha sido objeto de tantas críticas feroces, incluso no siendo su origen, tampoco, para nada sacro.

Hoy toca hablar de la marcha (o mejor dicho las marchas, en plural) Medea. Se trata de diversas adaptaciones de las que, la primera, o al menos la primera en popularizarse (aclaro el inciso de que por mucho que una banda de, por ejemplo, un pueblo de Albacete que no sea conocida a nivel general hubiera realizado una adaptación antes, aquí estamos mencionando a la banda o autor que la hizo conocida), fue la adaptación que realizara la Banda de las Tres Caídas de Triana a inicios de los 90, y de la que hablaremos más adelante.

Pero ahora toca hablar del origen de dichas marchas. Y partamos desde la Antigüedad:
Medea era un personaje de la mitología clásica griega, concretamente dentro del mito del Jasón y el viaje de los Argonautas, sacerdotisa de Hécate, hija de un rey y de una ninfa, se podría describir a su personaje como el prototipo de hechicera/bruja. En el siglo V a.C. el poeta Eurípides escribía su tragedia homónima que narraba la historia de Jasón tras el viaje, quien se había casado con Medea para lograr su objetivo de obtener el Vellocino de Oro, y una vez logrado la repudió y se comprometió con otra mujer más joven. Medea, en acto de venganza, consigue matar a dicha joven y llega hasta a matar a sus propios hijos. En fin, como ven, todo muy en línea con el cristianismo (modo irónico, claro).
Posteriormente, pero aun en la Antigüedad, el literato cordobés Lucio Anneo Séneca realizaría su propia versión de este drama aunque centrándose mucho más en el personaje femenino, en la propia Medea, y la convierte en un personaje más pasional, movido por la sinrazón.

Manolo Sanlúcar
Pues bien, tomando el texto de esta versión de Séneca, en el año 1984 el Ballet Nacional de España realizaría un espectáculo musical sobre dicha tragedia, siendo la coreografía de José Granero y el guión de Miguel Narros. La música, que es el apartado que nos ocupa, se le encargaría al guitarrista y compositor Manolo Sanlúcar (nombre artístico de Manuel Muñoz Alcón), uno de nuestros más destacados compositores contemporáneos.
El estreno absoluto de la obra tuvo lugar el 13 de julio de ese año 1984 en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, siendo la protagonista principal encarnada por la gran bailaora Manuela Vargas, dejando entrever una versión muy flamenca y andaluza de la tragedia pero sin restar un ápice del dramatismo, violencia y pasión del texto de Séneca, algo que no hubiera sido posible lograr sin la música y la guitarra de Manolo Sanlúcar. Y es que, como dijera Turina: "El fondo del sentimiento andaluz es triste, ¡y se empeñan en una continua pandereta!".
Carátula delantera del LP original editado
en 1987 por el Ministerio de Cultura
Sobre un posible comentario musical de la obra, no seré yo quien tenga la formación suficiente para abordarla, si bien quienes conocen la obra de Sanlúcar verán en esta partitura una obra que enlaza el flamenco con otras tendencias musicales, algunas contemporáneas, y siempre centrado en recrear ese sentimiento sobre todo alrededor de la protagonista.

El LP de la obra sería editado en 1987 y sería pocos años después cuando una parte de su música recalaría en el mundo cofrade. Así, entrando en la década de los 90, de la mano de Julio Vera, Manuel Cebrero y Miguel Ángel Flores, la Banda (por entonces sí) de Cornetas y Tambores de las Tres Caídas de Triana incorporaría una adaptación de esta Medea, concretamente de las piezas 14 y 15, sus dos últimos fragmentos, llamados "Tiempo de Dolor" e "Y Amén", los cuales según el libreto del ballet describen el final de la historia cuando Jasón y Medea se maldicen mutuamente por tanto dolor y, finalmente, cuando Jasón se queda solo pues su mujer e hijos han muerto mientras que Medea huye, curiosamente, según la historia, algo situado temporalmente en la madrugada.
No sabemos si este hecho (vinculación con esa "madrugada") motivó la elección de estos fragmentos, aunque lo más seguro es que fuera la forma en que está elaborado: en tiempo prácticamente de marcha, casi como marcha fúnebre, y con una gravedad dramática pero sin olvidar el flamenco, además de poderse adaptar muy bien en lo que a tonalidad para ser tocado con la corneta refiere, la adaptación funciona, y funciona tan bien que para quien no lo sepa podría pasar perfectamente como marcha procesional escrita ex-profeso para Banda.
Tres Caídas estrenaría esta marcha en 1991, siendo grabada en 1992 en el disco (discazo) Toques de Triana con arreglos de Rafael Soto Reyes, y popularizándose desde entonces, formando esta Medea, con los diferentes arreglos que se han ido sucediendo a lo largo de su trayectoria, parte de los repertorios de muchas Bandas de Cornetas y Tambores e incluso siendo la adaptación adaptada (valga la redundancia) al género de Agrupación Musical precisamente por el propio Manuel Cebrero junto a Jesús Gómez para la antigua Agrupación Musical de Los Gitanos que la recogía en su primer disco llamado Señor de la Madrugá en 1997.

Como decimos esta es la primera marcha de "las marchas" Medea, pues años más tarde, aunque con desigual resultado y popularidad, sería la Banda de CC.TT. del Sol la que se fijara en este ballet musicado por Sanlúcar para extraer otros dos fragmentos y adaptarlos a marcha.
Así, en 2007 se estrenaría, de manos precisamente de un ex-Triana, Israel Jiménez Chozas junto a Juan Manuel Fernández Carranza, una adaptación de la pieza número 9 titulada "Conjuro", que describe a esa Medea hechicera haciendo uso de la magia para trazar su plan de venganza.
Y, finalmente, por Álvaro J. Rufino, se estrenaría, casi un cuarto de siglo después de la primera Medea, en 2017, una adaptación de la pieza número 5 titulada "Seducción", a la que, para darle un título quizás menos sensual y que "pegase" más en Semana Santa, se retitularía como "El Romance de Medea" (título que, seamos sinceros, nada tiene que ver con lo que describe ese fragmento en la obra de Manolo Sanlúcar: Jasón intentando seducir a Medea para persuadirla de sus intenciones).

Muchas más versiones se han sacado de la magnífica obra de este gran compositor andaluz que tomó como nombre artístico el nombre de su tierra de nacimiento, incluso quien les escribe ha llegado a ver hasta versiones "remix" que toman un poquito de aquí y de allá. De hecho, como leí una vez en un foro, es casi posible recrear el ballet entero con adaptaciones, y esto es posible porque la música de Manolo Sanlúcar funciona, y lo hace con una perfecta unión de nuestra música, de nuestra cultura, de lo popular pero no entendido como algo sin altura, fusionado con lo que, a veces despectivamente, se tacha de "culto". Y en unos tiempos dentro de la música cofrade en los que, mientras unos ensalzan un tipo de música programática a veces casi sin saber bien lo que es y se apuntan al carro de "describir" su música porque es "la moda", a la par que otros la critican por no ser "cofrade" o "costalera" o "popular", no nos damos cuenta que hace más de 25 años, sin pretenderlo, alguien dio una lección magistral, o mejor dicho la recordó (pues no olvidemos que eso ya se hacía en el siglo XIX): la buena música, de por sí, es capaz de funcionar sola, siempre que se adapte bien al contexto en que se quiera usar. Y Medea, esta Medea, aunque nos hable de tragedias y mitos paganos de la Antigüedad, su música consigue aunar ese drama y pasión en una madrugada de dolor y llanto, al dolor y la Pasión de Cristo, de esa “Madrugá” que rememora su sacrificio.
Y da igual que lo haga una Agrupación Musical o una Banda de Cornetas, porque lo bueno siempre debería ser bien recibido, lejos de cualquier prejuicio.

Para concluir, como curiosidad, no es con Medea la única vez que Tres Caídas haya recurrido al maestro Sanlúcar: en su disco Novena Trabajadera (2006) se incluiría una adaptación del tema "Angustias", tema original del LP "...al viento" editado en 1982.


Post Scriptum a 5 de mayo de 2020: en ciertos portales cofrades, así como incluso en la página de Wikipedia dedicada a la Hermandad de la Lanzada, aparece mencionado que la marcha Medea se dedica a dicha Hermandad, en concreto a su titular Gloriosa, la Esperanza Divina Enfermera. El por qué de dicho dato lo he podido conocer a través de un compañero músico de la propia Banda de las Tres Caídas de Triana que menciona que, en unos inicios, la marcha se iba a titular como Esperanza, Divina Enfermera o Divina Enfermera a secas, siguiendo una costumbre bastante habitual en la música cofrade sevillana de estos años de retitular adaptaciones similares para dedicarlas a Hermandades. Sirva este dato, que añado como Post Scriptum ya que lo he conocido tras subir el artículo, para completar más este escrito.

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