LOS COLORES DE LA SEMANA SANTA. EL NEGRO:
Vamos hoy con un color que, por desgracia, se pone de vez en cuando de actualidad (como en estos momentos está pasando): el NEGRO.
Más que un color, el negro es la ausencia de color, es la percepción visual de la oscuridad por la falta de fotorrecepción de luz (según Wikipedia). Su nombre deriva del latín niger que a su vez parece derivar de la palabra protoindoeuropea neku-t que significa noche.
En nuestra cultura occidental el negro es casi siempre un color con connotaciones negativas (por ejemplo algo prohibido o indeseable se le añade en las listas negras, o todo grupo o familia suele tener su oveja negra) ligado con lo malo y la muerte. Como indica la siempre útil Wikipedia, ya desde tiempos de Roma es así, por ejemplo los romanos marcaban los días de celebración con piedras blancas y los días aciagos con piedras negras. Por cierto, los días de celebración eran los fasti mientras que los otros eran nefasti, de ahí que usemos hoy la palabra fastos para hablar de
La Iglesia Católica, que guardó mucho de aquel Imperio, toma también estas connotaciones del color negro. El negro como ausencia de luz, como oscuridad, es lo contrario a la vida y la alegría, es la muerte y la tristeza, el vacío. Es el color del duelo y del luto, como estamos viendo recientemente.
Como tal la Iglesia lo adoptó tradicionalmente como color litúrgico para las exequias, entierros, misas de Requiem o difuntos, y, cómo no, el 2 de noviembre en la festividad de los Fieles Difuntos y en la jornada del Viernes Santo, día de la muerte del Señor. También era el color del Miércoles de Ceniza. Sin embargo, en el Concilio Vaticano II, cuando se revisó el misal romano, se dio la libertad a los oficiantes de elegir entre el negro y el morado (que ya vimos que también significa duelo y tristeza) como color litúrgico de estas celebraciones, por lo que el negro ha caído algo en desuso como color litúrgico.
Es por esta connotación de muerte por lo que no es nada habitual (de hecho no sería muy correcto) ver a imágenes de vestir de Cristo, obviamente representándolo vivo, vestidas de negro, si bien en un
El velo de tiniebla del Cristo de Ánimas de Córdoba, aunque transparente en este caso, simboliza la oscuridad que según los Evangelios sobrevino a la muerte de Cristo Foto: Diario de Córdoba |
Aunque las imágenes de Cristo no lleven habitualmente este color, el negro si es un color muy presente en la Semana Santa, dando, de hecho, un “nombre” a una tipología de cofradía específica:
Nazarenos de El Silencio de Sevilla. Foto: El Correo |
Por no hablar de la “tipical Spanish” mantilla negra que se suele lucir sobre todo en el Viernes Santo, aunque aquí a veces la austeridad muchas veces brilla por su ausencia ("hay mujeres de mantilla que da vergüenza mirarlas" que decía una chirigota creo recordar que del gran Manolo Santander).
Aunque no vemos muchas imágenes de Cristo vestir de negro, sí es un color que vemos más
Grabado del s.XVIII que representa el retablo de la mencionada imagen de Ntra. Sra. de la Soledad. Foto: Wikipedia |
Y es que, aunque ya hay ejemplos de la dolorosa anteriores, especialmente en el periodo del arte gótico (más a partir del siglo XIV) cuando, con la mayor importancia que empieza a ganar el retablo, la representación de los Misterios Gloriosos de María pierde peso a favor de la representación de los Misterios Dolorosos, empezando a ser frecuentes por ejemplo las representaciones de Calvarios en escultura y pintura (se me vienen a la mente por ejemplo Gil de Siloé en el retablo de la Cartuja de Miraflores o algunas pinturas de Roger van der Weyden), la iconografía de la dolorosa actual viene del siglo XVI, concretamente de Gaspar Becerra y en concreto de una imagen, la primera imagen bajo la advocación de Nuestra Señora de la Soledad en España, que se considera fue la del Convento de Nuestra Señora de la Victoria de Madrid. El escultor nacido en Baeza concibió, por encargo de Isabel de Valois, esposa de Felipe II, una imagen de vestir inspirada en un cuadro que la reina trajo de Francia, imagen que fue vestida por la Camarera de la propia reina, la Condesa Viuda de Ureña, que vistió a esta imagen precisamente con uno de sus trajes de viuda. El cercano Concilio de Trento, que animó a buscar la piedad del fiel conmoviéndolo a través de las imágenes, se adueñó de este prototipo que se popularizaría en el Barroco y desde entonces, las imágenes de la Virgen dolorosa seguirían el
Dolorosa de Sisante (Cuenca) obra de Luisa Roldán |
Terminando de mencionar que, aunque especialmente en otras advocaciones se haya pasado a usar otros colores, el negro ha permanecido como el color “oficial” de dos muy populares advocaciones marianas: la Virgen de los Dolores y la Virgen de la Soledad, siendo color identificativo de las Hermandades que las veneran (por cierto, la Orden Servita, muy devota de la Virgen de los Siete Dolores, viste hábito negro también).
Es por esto que en muchas localidades el negro en Semana Santa es sinónimo de Dolores y, como en el caso de mi localidad, lo es de una Hermandad, la del Santo Sepulcro, por múltiples motivos: es el color del Viernes Santo, es el color del duelo y es el color representativo de la Virgen de los Dolores, titular mariana de la Hermandad.
Virgen de la Presentación de Córdoba Foto: Cordópolis. |
El apunte musical: la música del color negro, como hemos mencionado, es sin duda el propio silencio. Ninguna mejor relación musical habría para este color, si acaso solo roto por el sonido del muñidor (como en el caso de la Mortaja de Sevilla) o por el acompañamiento de las tradicionales "saetillas", de la música de capilla.
Resumimos:
Negro: oscuridad, muerte, tristeza, luto, duelo y austeridad. Color para las cofradías de mayor rigor, sea cual sea su advocación. Especialmente sería un color para cofradías que venerasen las advocaciones del Traslado al Sepulcro, Mortaja, Santo Sepulcro o Santo Entierro, Dolores y Soledad.
En las imágenes de María es el color idóneo, casi imprescindible, para estas dos últimas advocaciones (Dolores y Soledad), aunque pueda servir para vestir a cualquier imagen de la Dolorosa, como sería muy válido por ejemplo hacerlo para la festividad de los Difuntos en noviembre (dicho así, de las modas de cambio de vestimenta actuales solo el blanco veraniego y el traje de hebrea cuaresmal no tienen sentido litúrgico, simbólico ni iconográfico alguno).
No sería muy recomendable su uso en imágenes de Cristo, sobre todo en imágenes que representen instantes de la Pasión con Cristo vivo (y ya ni que decir en cofradías como Entrada Triunfal o Sagrada Cena), y por supuesto un color a evitar en cofradías de Gloria (Resurrección incluida).
No hay comentarios:
Publicar un comentario